Friday April 19,2024
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INDICE REFLEXIONES

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EL MERCADER Y LA BOLSA

Cierto día, un mercader ambulante iba caminando hacia un pueblo. Por el camino encontró una bolsa con 800 dólares. El mercader decidió buscar a la persona que había perdido el dinero para entregárselo, pues pensó que el dinero pertenecía a alguien que llevaba su misma ruta.

Cuando llegó a la ciudad, fue a visitar a un amigo.

¿Sabes quién ha perdido  una gran cantidad de dinero?- le preguntó a éste.

Sí, sí. Lo perdió Juan,  nuestro vecino, que vive en la casa de enfrente.

El mercader fue a la casa indicada y devolvió la bolsa.

Juan era una persona avara, y apenas terminó de contar el dinero gritó:

- ¡Faltan 100 dólares! Esa era  la cantidad de dinero que yo iba a dar como recompensa. ¿Cómo  lo has tomado sin mi permiso? Vete de una vez. Ya no tienes
nada que hacer aquí. 

El honrado mercader se sintió indignado por la falta de agradecimiento. No quiso pasar por ladrón y fue a ver al juez. 

El avaro fue llamado a la corte. Insistió ante el Juez que la bolsa contenía 900 dólares. El mercader aseguraba que eran 800. El juez, que tenía fama de sabio y honrado, no tardó en decidir el caso. Le preguntó al avaro:

Tú dices que la bolsa  contenía 900 dólares ¿verdad?  Sí, señor, respondió Juan.

Tú dices que la bolsa  contenía 800 dólares, le preguntó  el juez al mercader.

Sí, señor.  Pues bien, dijo el juez,  considero que ambos son personas honradas e incapaces de mentir. A tí, porque has devuelto la bolsa con el dinero, pudiéndote quedar con ella. A Juan, porque lo conozco desde hace tiempo. Esta bolsa de
dinero no es la de Juan; aquella contenía 900 dólares. Esta sólo tiene 800. Así pues, quédate tú  con ella, hasta que aparezca su dueño. Y tú, Juan, espera que alguien te devuelva la tuya.  

No dejes tus decisiones importantes al azar;

esfuérzate por llegar a la cima,

a tu meta, y a tu premio.