MAS QUE UNOS PAJARILLOS...
En cierta ocasión, durante el sermón del Domingo de Pascua, el predicador puso en el centro del altar una jaula de pájaros vieja, rota y sucia.
Toda la iglesia se quedo sorprendida y murmuraban entre ellos. Imaginándose sus comentarios, el predicador habló de esta manera:
"Ayer cuando caminaba por el pueblo observé a un muchachito que se dirigía hacia
mí con una jaula moviéndola de un lado a otro. En su interior había tres pajaritos, temblorosos con frío y miedo. Detuve al muchachito y le pregunté: ¿Qué llevas allí hijo mío?
"Sólo unos pájaros viejos", me respondió.
"¿Qué vas a hacer con ellos? Le pregunté. "Los voy a llevar a casa y pienso divertirme un poco con ellos: los voy a molestar, arrancarles las plumas, hacerles
pelear entre ellos. Espero divertirme y pasarla muy bien",
fue su respuesta. "Pero tarde o temprano te cansarás de esos pajaritos, y...,
¿que harás con ellos?", le dije. "¡Oh...!, yo tengo gatos. A ellos les gustan los pajaritos.
Cuando me canse se los echaré a ellos", respondió el muchacho.
El predicador guardó silencio por un momento y luego le preguntó:
"¿Por cuánto me vendes esos pajaritos, muchacho?
"¡Uh! ¿Por qué le interesan a usted estos pájarillos, señor? ¡Son únicamente unos pájaros viejos, no cantan y ni siquiera son lindos!"
"¿Cuanto?", volvió a preguntar el Predicador.
El muchachito miró al predicador pensando si se habría vuelto loco y entonces le pidió $100.00 pesos.
El predicador sacó $100.00 pesos de su bolsillo y se los entregó.
Tan pronto recibió el dinero, el muchacho desapareció.
El predicador levantó la jaula con cariño y cuidado. La llevó a un pequeño parque donde había árboles y frutas. Abrió la jaula y dando unos suaves golpes hizo que los pájaros volaran libremente.
Esta era la razón por la cual la jaula estaba vacía sobre el altar.
Y el predicador continuó diciéndoles: -"Un día Jesús y el Diablo se
pusieron a conversar.
El Diablo acababa de llegar del Jardín del Edén y se notaba que estaba contento y alegre".
"Sí, Señor, acabo de apoderarme del Mundo entero con toda su gente. Les tendí una trampa. Utilicé una carnada que yo sabía que no la iban a poder resistir. ¡Los atrapé!"
"¿Qué vas a hacer con toda esa gente?", le preguntó Jesús. El Diablo le respondió:
- "¡Oh..., voy a divertirme! Les voy a enseñar a casarse y divorciarse. Que se odien y
abusen unos de otros. Les enseñaré a beber, fumar y maldecir. Les voy a enseñar
cómo fabricar armas y bombas para que se maten entre ellos.
¡Sí que voy a divertirme!" "¿Y que harás luego con ellos después de todo eso?", le
preguntó Jesús. "¡Oh..., matarlos!", respondió el diablo sin remordimiento alguno.
"¿Cuánto quieres por ellos?", le preguntó Jesús. El Diablo le respondió:
"¡Oh no!. ¡Tú no quieres esa gentuza. No sirven para nada! Si los recoges sólo te odiarán. Te escupirán en la cara, maldecirán Tu nombre y acabarán matándote. Créeme, ¡no vale la pena!"
"¿Cuanto?", volvió a preguntar de nuevo Jesús.
El Diablo miró a Jesús y con odio, astucia y malicia le respondió:
- "¡Toda Tu sangre, Tus lágrimas y Tu vida!" Jesús le contestó: -"¡HECHO!"... Y pagó el precio. El predicador levantó la jaula en alto, abrió la puerta y se marchó sin pronunciar más palabras.
¡Gracias...!
Gracias Papito por permitirme concluir este nuevo libro. Que sea éste Tú luz, Tú camino y Tú vida para todo aquel que lo lea, y una gran bendición para su alma.