Thursday April 18,2024
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INDICE REFLEXIONES

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DEPENDE DE LA FORMA EN EL DECIR

Un sultán soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretara su sueño.

- ¡Qué desgracia, mi señor! -exclamó el sabio-, cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad. ¡Qué insolencia! -gritó el sultán enfurecido-. ¿Cómo te
atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!

Llamó a su guardia y ordenó que le dieran al sabio cien latigazos.
Más tarde, el sultán dispuso que le trajeran a otro sabio, y le contó lo que había soñado.
Este, después de escuchar al sultán con atención, le dijo:

' - ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.

Se iluminó el semblante del sultán con una gran sonrisa, y ordenó que le dieran al sabio cien monedas de oro.

Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo:
- ¡No es posible! La interpretación que has hecho de los sueños es la misma que el
primer sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.

- Recuerda bien, amigo mío, -respondió el segundo sabio-. Todo depende de la forma en
el decir... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, no cabe duda, mas la forma con que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir; pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.

Callando es como se aprende a oír; oyendo es como se aprende a hablar; y Iwego, hablando se aprende a callar. Diógenes de Sinope