Thursday March 28,2024
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LA INDECISIÓN DE ABDALA

Cuentan que aquella noche era especialmente fría en el desierto. Abdalá montó su pequeña tienda de campaña, tan pequeña que apenas cabía él acostado.

Se despidió de su caballo, llamado "Indecisión", acariciándole la cabeza, pero dejándolo fuera, y se dispuso a pasar una noche tranquila y reparadora. Apenas había conciliado el sueño cuando el caballo lo llamó con voz suave, pero insistente.

- Déjame meter la nariz en tu tienda, hace mucho frío y la tengo completamente helada.

Abdalá, que era un hombre bueno, accedió a la petición.

Pero ocurrió que en cuanto sé durmió profundamente, el caballo empujó un poco y metió la cabeza completa. Como la tienda era tan pequeña, al hacer esto, topó con la cabeza del hombre y lo recorrió hasta que éste sacó los pies por el otro extremo. Abdalá protestó, pero "Indecisión" le hizo ver que eso no era en realidad gran cosa.

Pasó poco tiempo para el caballo metiera los hombros y empujara a su patrón afuera, hasta las rodillas. "Indecisión" siguió introduciéndose en la tienda, llenándola por completo y sacando a Abdalá por el otro , extremo, hasta que finalmente quedó completamente afuera.

¿Te suena esto conocido? ¿No te ha ocurrido alguna vez que al dejar entrar un poco de indecisión, ésta lo llena todo, sacándote de las cosas buenas   > de la vida?

Por ejemplo, le ocurre a los estudiantes cuando se están preparando para un examen, pero frente al televisor dejan que la indecisión les pida ver "un poquito más".

Y por supuesto le sucede a aquel que quiere bajar de peso, pero deja que el perverso caballo le solicite "empezar después de...". Sí, cuando dejamos a la indecisión meter la nariz en nuestra vida, no importa si un día somos amas de casa, empleados o ejecutivos de empresa, acabará por llenarla toda, y prácticamente sacarnos de ella.

Combate la INDECISIÓN, pidiéndole a nuestro Buen Dios te conceda sabiduría, para poder DECIDIR siempre lo mejor para tu vida.


"Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará; pues Dios da a todos sin limitación y sin hacer reproche alguno".

(Santiago 1,5)