Thursday March 28,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 


INDICE REFLEXIONES

«PARTE 6 de 6

Partes[ 1 ] [ 2 ] [ 3 ] [ 4 ] [ 5 ] [ 6 ]


LA LECCIÓN DE AMOR

En una ocasión, fui a colaborar en un proyecto de la universidad, que consistía en ayudar a mejorar una comunidad pobre. Cuando llegamos al lugar, íbamos con el firme propósito de dejar ahí algunas cosas y de ayudarles a mejorar su mentalidad.

Fue curioso cómo todos los niños nos seguían con gran entusiasmo y hasta nos confundían con sacerdotes o misioneros: "misionero, cárgame"; "misionero, regálame tu reloj"; "misionero, dame tu playera" y un sinfín de peticiones. Había un niño, quien se llamaba Roberto, que tenía una especial fijación para un grupo de nosotros y nos seguía para todos lados; para el segundo día nos tenía ya hartos de tantas peticiones que nos hacía.

En la tarde dejamos a la gente para poder comer y asearnos un poco, y les dijimos que los veríamos a las 5:00 de la tarde.

Robertito no tardó en llegar, estuvo ahí a las 4:45 de la tarde mientras estábamos comiendo el postre y un amigo mío estaba comiendo unas papas, y Robertito comenzó: "misionero, dame papas", "ándale misionero, dame tus papas"... repetía una y otra vez, hasta que mi amigo, ya molesto  se las dio.

Inmediatamente, Robertito las tomó y apenas se había dado la vuelta para empezar a comer, cuando los demás niños ya lo habían rodeado para pedirle papas. Personalmente, creí que Robertito iba a salir corriendo y no le iba a dar a nadie.

¡Qué equivocado estaba!, empezó a dar las papas a todos, y había tanto desorden que le dijimos, "Robertito, fórmalos para que les des", inmediatamente volteó y con una voz muy segura, les dijo que si no se formaban no les iba a dar.

Mi segundo error fue pensar que no iba a dar todas las papas; el pequeño Robertito entregó todas las papas a los demás niños.

Todos nosotros nos quedamos pensando, por un rato, en lo que había pasado; obviamente, no podíamos sentir otra cosa que admiración por ese pequeño de 6 años. Nos acababa de dar la mayor lección de nuestra vida.

El, que no está acostumbrado a tener, cuando por fin llega a poseer, también tiene el enorme corazón para entregarlo todo.

Desde ese momento, nosotros éramos los que lo seguíamos, y hasta cierto punto lo compensamos y le dimos más, porque sabíamos que no lo pedía para él.

Por otro lado, rae di cuenta que si bien en muchos lados carecemos de liderazgo, hay gente muy humilde que puede mover masas, así como Robertito, que pudo manejar a  un grupo de niños y organizados para que les diera papas.

Por ello, una de las personas que jamás olvidaré es a Rcbertito, el menor que me dio la mayor lección de amor.