Monday March 18,2024
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Libro Regresando a Casa

(Cristianos Convertidos
a la Fe Católica)

»  Introduccion


»  Aclaraciones Doctrinales

a»  Las Imágenes

b»  La Tradición

c»  La Biblia

d»  La Eucaristía

e»  La Virgen María

f»  La Iglesia católica

g»  El Purgatorio

h»  El Papa

i»  Lutero

j»  Cristianos No Católicos


1.0»  TESTIMONIOS

1.1»  Henry Newman

1.2»  Robert Hugh Benson

1.3»  Vernon Johnson

1.4»  Gilbert K. Chesterton

1.5»  Ronald Knox

1.6»  Juan W. Verkade


1.7»  Irma Barsy

1.8»  Kenyon Reynolds

1.9»  Juan Tsching Hsiung

1.10»  Sven Stolpe

1.11»  Sigrid Undset


1.12»  Cornelia de Vogel

1.12»  Heinrich Schlier

1.14»  Thomas Merton

1.15»  Julien Green

1.16»  Ephaïm Croissant


1.17»  Max Thurian

1.18»  Malcolm Muggeridge

1.19»  Alec Guinness

1.20»  Richard John Neuhaus

1.21»  Luis Miguel Boullón


1.22»  Joseph Ranalli

1.23»  Raymond Ryland

1.24»  James Pitts

1.25»  Thomas Ricks

1.26»  Robert Williams


1.27»  Stephen Ray

1.28»  Linda Poindexter

1.29»  Marcus Grodi

1.30»  Ed Fride

1.31»  Cristopher Dixon


1.32»  Rick Ricciardi

1.33»  Larry Lewis

1.34»  David B. Currie

1.35»  Burns Seeley

1.36»  Jay Damien


1.37»  Larry Blake

1.38»  Kenneth Guindon

1.39»  Antonio Carrera

1.40»  Steve Wood

1.41»  Pam Forrester


1.42»  Stuart Swetland

1.43»  Michel Viot

1.44»  Steve Clifford

1.45»  Kathleen Clarck

1.46»  Bod Sungenis


1.47»  Al Kresta

1.48»  Scott Hahn

1.49»  Paul Thigpen

1.50»  Graham Leonard

1.51»  Shan Kydd

1.52»  John Gummer


2.0»  Congreso Camino a Roma

2.1»  A los Hermanos Separados

2.2»  El Credo

2.3»  Mi Experiencia


3.0»  Convertidos que Marcan el Camino

3.1»  Alfonso de Ratisbona

3.2»  Eugenio Zolli

3.3»  André Frossard


4.0»  Conclusión

5.0»  Bibliografía

6.0»  Para Conocer la Fe Católica


 

 

REGRESANDO A CASA
Testimonio
1.14» Thomas Merton


Educado episcopaliano, dejó prácticamente la fe durante los primeros veinte años de su vida y se dedicó a vivir su vida con todos los gustos y placeres de la juventud moderna y alocada.

Dice en su Autobiografía: “Cuando murió mi padre, me encontré completamente libre de todo lo que impedía el movimiento de mi voluntad para obrar a mi antojo. Imaginé que era libre.

Fueron necesarios cinco o seis años para descubrir en qué cautiverio había entrado. La dura corteza de mi alma seca expulsó los últimos vestigios de religiosidad que, alguna vez, había albergado.

No había lugar para ningún Dios en aquel templo vacío, lleno de polvo y basura, que entonces era tan celoso en guardar contra todos los intrusos, a fin de dedicarlo a la veneración de mi propia y estúpida voluntad86.

Mi alma estaba simplemente muerta. Estaba vacía, era como un vacío espiritual, por lo que al orden sobrenatural se refiere. Eran sus facultades como cáscaras secas de lo que debían haber sido87.

Visitando Italia como turista, empezó a conocer un poco a Cristo, aunque tenía rechazo al catolicismo.

Dice: “Fue en Roma donde mi comprensión de Cristo se formó. Allí fue donde vi por primera vez a quien ahora sirvo como a mi Dios y a mi Rey, y que posee y gobierna mi vida88.

Dios seguía sus pasos y “de repente, una noche me pareció que mi padre (muerto) estaba allí conmigo.

El sentido de su presencia era tan vívido,ido tan real, tan sobrecogedor como si él me hubiera tocado el brazo o hablado conmigo.

Todo pasó en un relámpago; pero, en aquel relámpago, instantáneamente, me sentí abrumado con una visión súbita y profunda de la miseria y corrupción de mi propia alma.

Fui atravesado hondamente con una luz que me hizo comprender algo de la condición en que me encontraba. Me llené de horror ante lo que vi, todo mi ser se rebeló contra lo que dentro de mí había, mi alma deseaba huir...

Ahora pienso que, por primera vez en toda mi vida, empecé verdaderamente a rezar, rezando al Dios que nunca había conocido para que viniera a sacarme de las tinieblas y me ayudara a liberarme de las cosas terribles que retenían mi voluntad esclavizándola89.

Después de un tiempo, empezó a buscar a Dios entre los cuáqueros, la iglesia sionista y otras iglesias cristianas.

Un día entró en una librería y compró un libró “El espíritu de la Filosofía medieval”. Se sintió decepcionado, cuando se dio cuenta que era un libro católico, pero lo leyó.

“Cuando hube dejado de leer este libro, empecé a tener deseo de ir a la iglesia90.

Un fuerte impulso empezaba a afirmarse en mí y me sentía arrastrado mucho más imperativamente a la Iglesia católica.

Por último, la tendencia se hizo tan fuerte que no pude resistirla. Le dije a mi muchacha que había resuelto ir a misa, por primera vez en mi vida. ¡La primera vez en mi vida!

Eso era verdad. Había vivido varios años en el continente (europeo), había estado en Roma, había estado entrando y saliendo de mil catedrales e iglesias católicas y, sin embargo, no había oído misa.

Si alguna misa se estaba celebrando en las iglesias que visitaba, me había escapado siempre, con alocado pánico protestante.

No olvidaré fácilmente lo que sentí aquel día (agosto de 1938).

Primero, sentí en mí una tendencia dulce, fuerte, suave y pura que me decía: ¡Vete a misa! Era algo completamente nuevo y extraño esa voz que parecía moverme, esta convicción firme y creciente de lo que necesitaba hacer.

Tenía una suavidad, una simplicidad que no podía explicarme fácilmente. Cuando cedí a ella, no se regocijó sobre mí, no me atropelló, sino que me llevó serenamente en la dirección determinada...

Todavía estaba en verdad, un poco asustado de ir a una iglesia católica con propósito deliberado, con toda la demás gente, y acomodarme en un banco y abandonarme a los misteriosos peligros de esa cosa fuerte y rara que llaman su "misa".

Dios hizo un domingo muy bello. Y puesto que era la primera vez que había pasado realmente un domingo sobrio en Nueva York, me sorprendí de la atmósfera pura y tranquila de las calles vacías de la parte alta de la ciudad.

El sol era resplandeciente... La gente entraba por la puerta de la iglesia completamente abierta... y, de repente, todas las iglesias de Italia y Francia se me aparecieron.

La riqueza y plenitud del ambiente de catolicismo, que no había podido evitar de percibir y amar de niño, resurgieron en mí como un torrente; pero ahora iba a entrar en él, plenamente, por primera vez...

La cosa que más me impresionó fue que la iglesia estaba llena, absolutamente llena, no sólo de ancianas y caballeros agotados, sino de hombres y mujeres, niños, jóvenes y viejos, especialmente jóvenes"91.

Un día lluvioso de setiembre siente de nuevo la voz que le apremia y se dirige a la iglesia del Corpus Christi de Broadway en Nueva York, para pedir el bautismo.

El 16 de noviembre de 1938 recibe el bautismo condicionalmente. Entonces, pudo decir: "Todo fue muy sencillo, ¡Qué montañas cayeron de mis espaldas: Creo, Creo!”.

Uno de los grandes defectos de mi vida espiritual en el primer año era la falta de devoción a la Madre de Dios.

Creía en las verdades que enseña la Iglesia acerca Ntra. Señora, decía el Avemaría, cuando rezaba, pero eso no era suficiente.

La gente no se da cuenta del tremendo poder de la Santísima Virgen. No sabe quién es, que por sus manos vienen todas las gracias, porque Dios ha querido que ella participe así en su obra de salvación de los hombres92.

Pero su amor a Cristo y a María se hizo tan grande que algo dentro de sí mismo le hacía sentir deseos de entregarse totalmente.

Por fin la gracia divina venció en él y, con veintiséis años, entró en la Abadía de los frailes trapenses de Kentucky (USA), donde ha vivido el resto de su vida como sacerdote católico.

Tomás Merton, un gran poeta y escritor norteamericano, de origen francés, que nos enseña que, por muy alejados que estemos de Dios, siempre Él nos sigue esperando y nos pide una entrega total para servirlo a Él y a los hermanos.

 

   


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