28» Le disparan flechas incandescentes
“Esta vez, el Emperador sintiéndose burlado e impotente, entró en tal furia, que ordenó me dispararán con flechas hasta que muriera.
Los arqueros doblaron sus arcos, pero las flechas no podían moverse.
El tirano me maldijo, acusándome de ser una bruja.
Pensando que con el fuego, la hechicería sería neutralizada, ordenó que las flechas fueran calentadas al rojo vivo en la caldera.
De nuevo, mi Esposo me salvó de este tormento.
Tuve un rapto de éxtasis.
Las flechas que iban hacia mi cuerpo se devolvieron hacia los arqueros, y seis de ellos fueron atravezados y murieron”.