QUE SE HA DE EVITAR LA MUCHA FAMILIARIDAD
No descubras tu corazón a cualquiera (Eccl., 8, 22), mas comunica tus cosas con el sabio y temeroso de Dios.
Con los jóvenes y extraños conversa poco. Con los ricos no seas lisonjero, ni estés de huena gana delante de los grandes.
Acompáñate con los humildes y sencillos y con los devotos y bien acostumbrados, y trata con ellos cosas de edificación.
No tengas familiaridad con ninguna mujer mas en general encomienda a Dios todas las buenas.
Desea ser familiar a sólo Dios y a sus ángeles, y huye de ser conocido de los hombres.
Justo es tener caridad con todos; pero no conviene la familiaridad.
Algunas veces sucede que la persona no conocida resplandece por la buena fama, pero su presencia suele parecer mucho menos.
Pensamos algunas veces agradar a los otros con nuestra conversación; y más los ofendemos porque ven en nosotros.