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SECCIONES

NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA


  • Palabras de Jesús de la Misericordia a Santa Faustina.
  • Cómo rezar la coronilla o Rosario de la Misericordia.
  • Novena, día Primero.
  • Novena, día Segundo.
  • Novena, día Tercero.
  • Novena, día Cuarto.
  • Novena, día Quinto.
  • Novena, día Sexto.
  • Novena, día Séptimo.
  • Novena, día Octavo.
  • Novena, día Noveno.

    PALABRAS DE JESUS DE LA MISERICORDIA A SANTA FAUSTINA : (pag. 294 p. 699)

    Santa Faustina con Jesus de la Mirsericordia“Hija Mía, habla al mundo entero de la inconcebible misericordia MIA. Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En este día están abiertas todas las compuertas Divinas a través de las cuales fluyen las gracias.

    Que ninguna alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es tan grande que en toda la eternidad no la penetrará ningún intelecto humano ni angélico. Todo lo que existe ha salido de las entrañas de Mi misericordia. Cada alma respecto a Mi, por toda la eternidad meditará Mi amor y Mi misericordia. La Fiesta de la Misericordia ha salido de Mis entrañas, deseo que se celebre solemnemente el primer Domingo después de Pascua. La humanidad no conocerá paz hasta que no se dirija a la Fuente de Mi misericordia.”


    Novena a la Divina Misericordia, que Jesús ordenó escribir a Santa Maria Faustina Kowalska.
    Empieza el Viernes Santo, y termina un día antes de la Fiesta de la Divina Misericordia. (Diario, p.435 p.1209)
    (Siempre que se quiera se puede hacer esta novena, pero en especial antes de la Fiesta de la Misericordia)

    Jesús de la Misericordia dijo a Santa Faustina:

    “Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a la Fuente de mi Misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a Mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de Mi Misericordia. Y a todas estas almas Yo las introduciré en la casa de mi Padre. Lo harás en esta vida y en la vida futura. Y no rehusare nada a ningún alma que traerás a la Fuente de Mi Misericordia. Cada día pedirás a Mi Padre las gracias para estas almas por Mi amarga Pasión.”

    Al concluir cada día. Se reza la coronilla o Rosario de la misericordia, una oración que se complementa con la novena a la Divina Misericordia. <Subir>

    COMO REZAR LA CORONILLA O ROSARIO DE LA MISERICORDIA:

    Rezando la coronilla con el rosario

    Se utiliza un rosario común de cinco decenas.

    1. Padrenuestro.. Avemaría.. Gloria…El Credo

    2. En cada cuenta del Padrenuestro se reza:

    “Padre eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como expiación de nuestros pecados y los del mundo entero”.

    3. En cada una de las cuentas del Avemaría se reza:

    Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

    4. Para terminar, dirás tres veces estas palabras:

    Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, Ten misericordia de nosotros y del mundo entero. <Subir>


    NOVENA

    Primer día:

    “Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi Misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga tristeza en que Me sume la pérdida de las almas.”

    Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en Tu bondad infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes salir de El. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.

    Oh omnipotencia de la Divina Misericordia,
    Salvación del hombre pecador,
    Tú eres la misericordia y un mar de compasión,
    Ayudas a quien Te ruega con humildad.

    Padre eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos su omnipotencia por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Segundo día:

    “Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye hacia la humanidad.”

    Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que esta en el cielo.

    La fuente del amor de Dios,
    Vive en los corazones limpios,
    Purificados en el mar de misericordia,
    Resplandecientes como las estrellas,
    Claras como la aurora.

    Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu Hijo, en el cual están encerradas , concédeles el poder de Tu luz pera que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Tercer día:

    “Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del Via Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.”

    Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de El. Te lo suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu corazón arde por el Padre Celestial.

    Son impenetrable las maravillas
    de la misericordia,
    No alcanza sondéalas ni el pecador ni el justo,
    Mira a todos con compasión,
    Y atraes a todos a tu amor.

    Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los angeles y los santos, glorifiquen Tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Cuarto día:

    “Hoy, tráeme a los paganos (a los que no creen en Cristo) y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante Mi amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia.”

    Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de la morada de Tu compasivísimo Corazón.

    La luz de Tu amor
    Ilumine las tinieblas de las almas.
    Haz que estas almas Te conozcan,
    Y junto con nosotros glorifiquen
    Tu misericordia.

    Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atraerlas hacia la luz de evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Quinto día:

    “Hoy, tráeme a las almas sin fe, de los que se separaron de la Iglesia, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi corazón, es decir, Mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia. Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión.”

    También para aquellos que rasgaron
    La vestidura de Tu unidad
    Brota de Tu corazón la fuente de piedad.
    La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
    Puede sacar del error también a estas almas.

    Jesús, sumamente misericordioso, que eres la bondad misma. Tu no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de los que no tienen fe y de los que se separaron de la Iglesia y llévalas con Tu Luz a la unidad con la Iglesia; no las dejes alejarse de la morada de Tu compasivo Corazón, sino haz que ellas glorifiquen la generosidad de Tu misericordia.

    Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los que no tienen fe y de los que se separaron de la Iglesia que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus gracias por persistir obstinadamentente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos ya que también ellos están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Sexto día:

    “Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante Mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi confianza a las almas humildes.”

    Jesús, tan misericordioso, Tu Mismo has dicho: “Aprendan de Mi que soy manso y humilde de corazón”. Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo al cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre Celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.

    De verdad el alma humilde y mansa
    Ya aquí en la tierra respira el paraíso,
    Y del perfume de su humilde corazón
    Se deleita el Creador Mismo.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén. <Subir>

    Séptimo día:

    “Hoy, tráeme a las almas que verán y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida futura. Ninguna de ellas ira al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.”

    Jesús misericordiosisimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu misericordia las protegerá en la hora de la muerte.

    El alma que ensalza la bondad de su Señor
    Es por El particularmente amada.
    Está siempre al lado de la fuente viva
    Y saca gracias de la Divina Misericordia.

    Padre Eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes de gozo, Te cantan, Oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, Oh Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en Ti. Que se cumplan en ellas la promesa de Jesús quien dijo: “A las almas que veneren esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi Gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.” <Subir>

    Octavo día:

    “Hoy, tráeme a las almas que estén en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por Mi. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a Mi justicia. Esta en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre… Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia.”

    Jesús misericordiosisimo, Tu Mismo has dicho que deseas la misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las almas de purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de Tu misericordia.

    Del tremendo ardor del fuego del purgatorio
    Se levanta un lamento a Tu misericordia.
    Y reciben consuelo, alivio y refrigerio
    En el torrente de Sangre y Agua derramado.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos que Tu bondad y Tu compasión no tienen límites. <Subir>

    Noveno día:

    “Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma experimento la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la ultima tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia.”

    Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de Tu amor puro. Oh Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque Tú lo puedes todo.

    El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
    Ya que se apaga el fuego y se derrite el hielo.
    Pero Tu misericordia, oh Dios,
    Pueden socorrer las miserias aun mayores.

    Padre Eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de Tu Misericordia.

    Jesús dijo a Santa Faustina Kowalska (Pág. 472 p. 1320).

    “A las tres de la tarde, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque solo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Esta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada será negado al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión.” <Subir>

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