Saturday May 04,2024
Iniciar pagina principal Quienes somos y que hacemos Mision principal del sitio en internet Como rezar el santo rosario, oraciones, etc. Base de datos de documentos recopilados Servicio de asesoria via e-mail. Calendario de eventos en el bimestre Personas para establecer contacto
 

AQUEL
PABLO DE TARSO


San Pablo

Autor: P. Pedro García
Fuente: Evangelicemos.net

« PARTE 3 de 3

Partes: [ 1 ] [ 2 ] [ 3 ]



71. La carta a los Filipenses. Corazón de punta a punta

72. ¿Nuestra mística? ¡Jesucristo! Invariable en Pablo

73. El amor fraterno.
Insistencia continua.

74. Trivialidades de la vida.
La virtud cristiana

75. Filemón.
Sembrando la libertad.

76. A los de Colosas.
Jesucristo sobre todo

77. Cristo en Colosenses. Grandezas y compromiso

78. Resucitados con Cristo. Somos seres celestiales

79. Cristo x Adán.
O uno u otro

80. Una lección machacona.
La Oración en San Pablo


81. Ceñidos por el amor.
El principio, el medio y el fin

82. La carta a los Efesios. Páginas sublimes

83. Predestinados y elegidos.
De eternidad a eternidad.

84. Santos, inmaculados, amantes. Así nos pensó Dios

85. ¡Ven, Espíritu Santo!
El único Espíritu de la Iglesia


86. ¡Viva la Vida de Dios!

87. El “Misterio” de Cristo.
Un secreto revelado

88. Pablo, el héroe
de la humildad.
El menor que el más pequeño

89. ¡Perfectos!
Nada de medianías.
El crecimiento en Cristo

90. El Matrimonio cristiano.
Un misterio grande.

91. Pablo y sus colaboradores. Un equipo magnífico

92. Primera carta a Timoteo.
A dirigir bien la Iglesia

93. Dios nuestro Salvador. Bondad sobre bondad

94. Un solo Mediador.
Gozo, confianza y seguridad

95. Soldados.
En Pablo, ya se sabe…

96. Jesucristo.
La clave del arco

97. Tito.
Estás en puesto difícil…

98. Jesucristo más y más.
El inagotable Pablo

99. Hebreos.
Con muchas ideas de Pablo

100. Sacerdote y Víctima.
Y el cristiano con Cristo

101. Tras el Jefe y el Guía.
¡A perseverar!

102. Timoteo, ¡ven!...
Un testamento de Pablo

103. He terminado mi carrera. Pablo en el final

104. Dinos, Pablo,
¿tú, quién eres?...
Estamos de despedida

 

Tito.
Estás en puesto difícil…


Si deseas escuchar haz clik en play


¿Quién era Tito?...

Un colaborador de Pablo al que se le entregó de por vida.
Y Tito y Timoteo, los dos, unos discípulos, hijos y herederos de su espíritu y de su misión.

Para cuando Pablo le escribe esta carta en el año 66, ya hacía un año que había recibido Tito una misión muy delicada.

Al mismo tiempo que Timoteo quedaba en Éfeso, Pablo con Tito empezaban a evangelizar la isla de Creta.

Como Pablo no pudo permanecer allí, dejó a Tito para que consolidase aquella iglesia naciente.

Maestro y discípulo se vieron por última vez en Nicópolis, y poco después le enviaba Pablo a Tito esta carta, muy similar a la primera de Timoteo, con los mismos consejos, muchas veces hasta con las mismas palabras:

-¡Cuida bien de esa Iglesia!

No te descorazones por el carácter de los cretenses, que son algo especiales, pues, como dijo, hace ya más de cinco siglos, uno de sus poetas, “son siempre embusteros, malas bestias, vientres perezosos” (Epiménides).

¡No te desanimes con ellos, y haz que se mantengan íntegros en la fe! (1,12-13)

Pablo ha prevenido a Tito sobre los nativos de Creta.
Y lo hace también sobre los judíos, con los cuales Tito tiene su propia historia.

En aquella lucha de Pablo con los judaizantes cuando el Concilio de Jerusalén, Tito, sin pretenderlo él, jugó un papel importante y decisivo.

Natural de Antioquía, se había convertido del paganismo. Lo bautizó Pablo, y por eso lo llama “hijo”, pero no le quiso circuncidar. ¿Para qué?...

Pablo lo llevó consigo a Jerusalén, y los judaizantes se empeñaron:

-¡Hay que circuncidarlo! ¡La circuncisión es necesaria para la salvación!...

Pero Pablo se mantuvo firme: -¡No, y no!...

Pedro, Juan y Santiago, “los pilares de la Iglesia”, dieron la razón a Pablo; y Tito, pagano antes y cristiano ahora, no fue sometido a aquella ley esclavizante, que destrozaba la verdad del Evangelio (Gal 2,3-5)

Tito se las va a ver ahora en Creta con los judaizantes de siempre, metidos también en la isla, sobre los que le encarga Pablo:

-¡Hazlos callar!, para que no sigan trastornando a familias enteras con sus enseñanzas pervertidas y por afán de dinero miserable.

Con estas perspectivas de cretenses y judaizantes ante los ojos, ¿por dónde tiene que comenzar Tito?...
Pablo le aconseja:

-Aprendan ante todo los nuestros a ser los primeros en bellas obras.

Y lo vuelve a repetir:

-Todos los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las bellas obras.

“Bellas obras”. ¡Qué palabra ésta!...

Ya la había usado Pablo en la carta anterior a Timoteo.

¿Qué significaba semejante expresión?
La tan autorizada Biblia de Jerusalén nos lo explica muy acertadamente.

La belleza es una nota distintiva de la espiritualidad de los cristianos.

Desde el momento que el propósito de Dios con la redención ha sido constituir un pueblo entregado a las “bellas obras”, lo que Dios espera de los suyos es una progresiva transfiguración para conseguir una belleza cada vez más resplandeciente.

Todas las edades y todas las condiciones, incluso los esclavos, tienen, en todas las circunstancias, una excelencia y una nobleza espirituales que irradian con el brillo de la belleza verdadera (Sobre 1Tm 5,10)

Jesucristo no espera hasta el final de los tiempos a tener delante de sí una Iglesia, esposa suya, del todo santa e inmaculada.

La quiere hermosísima ya aquí, en la tierra, en el estado de peregrina.

Una Iglesia cada vez más bella por la manera de portarse cada uno de sus hijos.

Ahora se entiende por qué Pablo, en esta carta a Tito como en la anterior a Timoteo, desciende repetidamente a inculcar semejante comportamiento a cada una de las personas y categorías sociales.

Nadie se escapa del consejo de Pablo:

-¡Ancianos! Sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe, en la caridad, en la paciencia

-¡Ancianas! Miren qué porte han de gastar: el que conviene a los santos y santas (2, 2-5)

-¡Mujeres queridas! A ser dignas, bien habladas, sobrias, fieles en todo (1Tm 3,11)

-¡Esposas jóvenes! A amar respetuosamente a sus maridos y a sus hijos...

-¡Muchachitas! A ser sensatas, castas, trabajadoras, bondadosas (2,3,5)

-¡Jóvenes! Sean bien portados en todo (2,6)
-¡Esclavos! Fieles, honrados, glorifiquen en todo a Dios nuestro Salvador (2,9-10)

-¡Hombres, responsables de la sociedad! A someterse obedientes a la autoridad (3,1)

- Y ustedes, responsables de la Iglesia ─obispos, presbíteros, diáconos─, sean irreprochables, defensores de la fe con una conciencia pura.

¿Por qué tienen que ser todos así?...

Porque se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, y derramó sobre nosotros su misericordia por el bautismo, ese baño de regeneración y renovación del Espíritu Santo.

¡Miren a Dios!
¡Miren cómo nos ha salvado por su gracia a todos los hombres!

¡Miren cómo se manifestará un día la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo!

¡Miren cómo se entregó por nosotros!

¿Y para qué lo hizo? Para purificarnos y formarse un pueblo limpio de mancha, un pueblo que no suspirase sino por lucir con obras bellas (2,11-14)

-¡La Iglesia! ¡La Iglesia!..., exclamaba con frecuencia extasiado en nuestros mismos días el Papa Pablo VI.

Este ideal lo había aprendido el insigne Papa de aquel primer Pablo.

Como lo aprendemos también nosotros.

¡Iglesia santa de Dios, qué hermosa eres y cómo te queremos tus hijos!...

   


[Inicio] [ Blog] [Mision] [El Rosario] [Documentos] [Asesorias] [ Política de Privacidad] [Contacto ]

Copyright © 2022 Maria Luz Divina