1» Los ángeles
Autor: P. Angel Peña O.A.R
Cuando se habla de los ángeles, no faltan quienes se sonríen maliciosamente, como dando a entender que es un tema pasado de moda o simplemente que es un cuento muy bonito para hacer dormir a los niños.
No faltan, incluso, quienes se atreven a confundirlos con los extraterrestres o niegan su existencia, porque "nadie" los ha visto. Sin embargo, la existencia de los ángeles es una de las verdades de nuestra fe católica.
Dice la Iglesia: "La existencia de seres espirituales no corporales que la Sagrada Escritura llama habitualmente ángeles es una verdad de fe" (Cat 328).
Los ángeles "son servidores y mensajeros de Dios" (Cat 329). "Son criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales y superan en perfección a todas las criaturas visibles" (Cat 330).
San Gregorio Magno, llamado "el Doctor de las milicias celestiales", dice que "la existencia de los ángeles está atestiguada en casi todas las páginas de la Sagrada Escritura".
Ciertamente, la Escritura está llena de intervenciones angélicas.
Los ángeles cierran el paraíso terrenal (Gén 3,24), protegen a Lot (Gén 19), salvan a Agar y a su hijo en el desierto (Gén 21,17), detienen la mano de Abraham, alzada para matar a su hijo Isaac (Gén 22,11), asisten a Elías (1 Re 19,5), a Isaías (6,6), a Ezequiel (40,2) y a Daniel (7,16).
En el Nuevo Testamento, los ángeles se aparecen en sueños a José, anuncian el nacimiento de Jesús a los pastores, le sirven en el desierto y lo confortan en Getsemaní. Anuncian su Resurrección y se presentan en su Ascensión.
Jesús mismo habla mucho de ellos en sus parábolas y enseñanzas. También un ángel libera a Pedro de la cárcel (Hech 12) y otro ángel ayuda al diácono Felipe para que convierta al etíope en el camino de Gaza (Hech 8).
En el libro del Apocalipsis hay muchas intervenciones de los ángeles como ejecutores de las órdenes de Dios, incluso para castigo de los hombres. Su número es de miríadas y millares de millares (Dan 7,10 y Ap 5,11).
Ellos son espíritus servidores, enviados para el servicio de los hombres (Heb 1,14). "Dios los envía como el viento y hace de sus servidores llamas de fuego" (Heb 1,7). En la liturgia, la Iglesia celebra particularmente la memoria de San Miguel, San Gabriel y San Rafael el 29 de setiembre, y de los ángeles custodios el 2 de octubre.
Algunos autores hablan de Lechitiel, Uriel, Rafiel, Etofiel, Salatiel, Emmanuel..., pero no hay seguridad y sus nombres no son importantes.
En la Biblia sólo se nombran a los tres primeros: Miguel (Ap 12,7; Jud 9; Dan 10,21), Gabriel, que anuncia la Encarnación a María (Lc 1; Dan 8,16 y 9,21), y Rafael, que acompaña a Tobías durante su viaje, según el libro del mismo nombre. A San Miguel se le suele dar el título de arcángel, como se dice en Jud 9, a pesar de ser el príncipe y jefe de todos los ejércitos celestiales.
A Gabriel y Rafael la piedad cristiana les ha dado también el título de arcángeles. El culto a San Miguel es muy antiguo.
Ya en el siglo IV había un santuario dedicado a él en Frigia. En el siglo V se erigió otro en el monte Gárgano, al sur de Italia; y el año 709 se construye otro gran santuario sobre el monte Saint Michel en Normandía (Francia). Los ángeles "son estrellas de la aurora e hijos de Dios" (Job 38,7).
Fray Luis de León, comentando este texto dice: "Se les llama estrellas de la aurora, porque su entendimiento es más claro que las estrellas y salieron a la luz en la aurora del mundo".
San Gregorio Nacianceno afirma que "si Dios es un sol, los ángeles son sus primeros y más bellos rayos".
San Agustín dice: "Ellos nos miran con ardiente amor y nos ayudan para que podamos llegar también nosotros a las puertas del cielo" (Com al Sal 62,6).
"Oh espíritus celestes, amigos de los hombres y servidores de Dios, ayudadme en mi caminar por las sendas de la vida hacia la patria celestial". Amen.
¿Crees en los ángeles? ¿Eres amigo de los ángeles?