DE LA OBEDIENCIA Y SUJECIÓN
Gran cosa es estar en obediencia, vivir debajo de un superior y no tener voluntad propia. Mucho más seguro es estar en sujeción que en mando.
Muchos están en obediencia más por necesidad que por caridad; los cuales tienen trabajo y ligeramente murmuran, y nunca tendrán Libertad de ánimo si no se sujetan por Dios de todo corazón.
Anda de una parte a otra; no hallarás descanso sino en la humilde sujeción al superior. La imaginación y mudaría de lugar a muchos ha engañado.
Verdad es que cada uno se rige de buena gana por su propio parecer, y se inclina más a los que siguen su sentir.
Mas si Dios está entre nosotros, necesario es que dejemos algunas veces nuestro parecer por el bien de la paz.
¿Quién es tan sabio que lo sepa todo enteramente?
Pues no quieras confiar demasiado en tu opinión, mas gusta también de oír de buena gana el parecer ajeno. Si tu parecer es bueno y lo dejas por agradar a Dios y sigues el ajeno, más aprovecharás de esta manera.
Muchas veces he oído decir que es más seguro oír y tomar consejo que darlo. Bien puede también acaecer que sea bueno el parecer de uno; mas no querer sentir con los otros, cuando la razón o las circunstancias lo piden, es señal de soberbia y pertinacia.