4. Cultura de la Muerte:
Justificar el aborto por problemas económicos
Autor: Oscar Fernández Espinoza de los Monteros
Capítulo 12: Justificado el aborto por problemas económicos
12 MITO. El aborto debe ser una opción cuando se carece de capacidad para la manutención económica del no nacido.
REALIDAD Si se autoriza legalmente atentar contra la vida del más indefenso e inocente de los individuos, ¿cuál es, entonces, el sentido de la ley? De ninguna manera puede ser una solución aceptable acabar con seres humanos. Como tampoco puede considerarse un delito ser pobre. Existen algunos que desean aplicar con la población aquél dicho de: “muerto el perro, acabada la rabia”.
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En un claro reconocimiento al valor de la vida desde la concepción, la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires decidió entregar un subsidio a un bebé por nacer luego de comprobar que la madre, a pesar de querer criar a su hijo no contaba con los medios económicos para mantenerlo. Técnicamente, es el niño por nacer el que recibirá un subsidio de 350 dólares en la persona de la madre durante un año a partir del período del embarazo. La decisión de destinar esta ayuda se realizó luego de conocer la situación de la madre y así evitar que entregue a su hijo en adopción, una posibilidad que se había contemplado a pesar de querer criar al bebé. El caso llegó a la Corte y tuvo un trámite sumarísimo. Es la primera vez que, de esta manera, se reconoce el valor de la vida antes del nacimiento. En la resolución firmada por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, el juez explicó que con esta medida se reconoce el derecho a la protección de la vida “desde la concepción hasta la muerte natural”, como dice la Constitución provincial promulgada en 1994.
En México una solución semejante se podría fundamentar en la aplicación del último párrafo del artículo 4º de la Constitución Federal que señala: “la ley determinará los apoyos a la protección de los menores, a cargo de las Instituciones Públicas”.
La administración municipal de la ciudad de Niscemi (Italia), gran centro agrícola de Sicilia, ha decidido ofrecer ayudas especiales a las mujeres que esperan un hijo y se encuentran en situación de dificultad económica. El presupuesto municipal prevé una ayuda económica de hasta 6,000 dólares para las mujeres que renuncian al aborto y deciden llevar hasta el final su embarazo.La iniciativa forma parte de un proyecto más amplio denominado “Ventanilla Infancia”. El programa ha sido dotado económicamente con 115,000 dólares. El concejal confiesa que la idea le vino tras una conversación con una enfermera profesional del hospital local que le reveló que la mayoría de las mujeres que se dirigían a la sanidad pública para abortar lo hacían empujadas por su difícil situación socioeconómica. Este programa, que se ha podido poner en marcha desviando fondos del gabinete del alcalde, prevé también la creación de obras caritativas dirigidas por entidades religiosas y asociaciones sin ánimo de lucro para la asistencia a niños necesitados; el refuerzo de las estructuras de servicio a la infancia, como las guarderías; la activación de centros de reunión para niños y adolescentes; y la institución de servicios de apoyo a las actividades escolares y extraescolares.
También en la ciudad de Milán (Italia), la alcaldía otorga una ayuda de un millón de liras al mes (500 dólares) a las mujeres embarazadas que, encontrándose en dificultades económicas, deseen tener su hijo en vez de abortar, casadas o solteras, italianas o extranjeras. El objetivo es proteger la maternidad de las personas poco con pocos recursos y evitar el aborto por motivos económicos.
Esas pobres mujeres lo que necesitan es apoyo, pero esa ayuda no debe consistir en matar a los hijos. Permitir el aborto por razones económicas, no significa ningún progreso o adelanto social, sino todo lo contrario: la civilización que promueve el aborto por razones económicas es totalmente antisolidaria y descubre una gran pobreza y miseria humanas.
Así lo demostró la legislación en Yucatán, en donde está considerado legal el aborto por la situación económica de los padres. Cuando es claro, para cualquier mexicano auténtico, que la solución debería ir en sentido contrario, pues la cultura de este país tradicionalmente ha sabido dar acogida al más necesitado, por ello la legislación debería prever un sistema más acorde con nuestras costumbres, en la que el cuerpo social sea valorado a cada nivel, y al mismo tiempo se mantengan vivas las ricas y múltiples relaciones humanas que garantiza la existencia de una red capaz de sostener los miembros más débiles.
¿Por qué algunos se plantean que para ayudar haya que abortar? Simplemente porque no son personas aptas para gobernar.