6. ¿Y si la ciencia demostrara que Dios no existe?
Autor: André Frossard | Fuente: Arvo.net
El objeto de la ciencia no es más que lo observable y lo medible, y Dios no es ni lo uno ni lo otro.
Esta pregunta se hace eco de un temor, muy habitual entre los creyentes, ante el auge de las ciencias naturales que contradicen en no pocos puntos su credo religioso, al tiempo que manifiesta una esperanza avivada periódicamente por el ateísmo militante.
Ese temor fue el que indujo a los rectores de la Iglesia a condenara Galileo, no a la hoguera, ciertamente, sino a una especie de "arresto domiciliario", castigo que no deja de tener su ironía referido á un hombre que se mostraba seguro de estar dando vueltas alrededor del sol.
Para aquellos eclesiásticos, la tierra debía ocupar el centro del mundo universo, y pretender lo contrario suponía infligir a la Escritura santa un agravio lindante con la blasfemia.
Tuvo que pasar un siglo para que se reconociera el error y para que se cayera en la cuenta de que la importancia de la tierra no dependía de su localización en el espacio.
Los creyentes sufrieron mucho en el siglo XIX ante las declaraciones de Marcelin Berthelot en el sentido de que "en adelante, el universo no guardará secreto alguno para los sabios".
En esa línea, es razonable pensar que llegue el día en, que se prescinda de "la hipótesis de Dios" forjada en los siglos oscuros de la ignorancia."
Sin embargo, el objeto de la ciencia no es más que lo observable y lo medible, y Dios no es ni lo uno ni lo otro.
Para demostrar que Dios no existe, sería menester que lo que vosotros llamáis "la ciencia" descubriera un primer elemento que no tuviera causa, que existiera por él mismo, y cuya presencia explicara todo lo demás sin dejar nada fuera. Y justamente ese elemento es lo que nosotros llamamos Dios.