7. Mito: Que el aborto sea legal por los
que sí lo deseen
Autor: Oscar Fernández Espinoza de los Monteros
7 MITO. Que el aborto sea legal por los que sí lo deseen, si alguno no está de acuerdo, que no lo haga, pero no quiera imponer su criterio sobre los demás.
Además, el actual régimen legal que penaliza el aborto está en desuso, a nadie se persigue por aborto.
REALIDAD Las leyes cumplen una determinada función: lograr un Estado de Derecho. Al declarar un precepto como conveniente se postula un criterio social de comportamiento, que, de hecho, puede ir en beneficio o no de los fines de los ciudadanos.
En el caso del aborto, es claro que no censurarlo va en perjuicio de la persona humana.
Lo mismo hace el derecho penal, siempre impone convicciones. Cabría incluso afirmar que resultaría inconcebible si renunciara a ello; tan absurdo sería, desde el punto de vista de su objeto, dar paso a la sanción penal sin estar convencido de que el bien protegido lo merezca, como dejar el cumplimiento de sus normas al libre arbitrio de cada sujeto.
Sin embargo, es frecuente escuchar, en cierto ambiente político, que se está a favor de la vida, pero que se apoya el aborto por respeto a quienes mantienen otros puntos de vista.
Lo que no mencionan es que ese respeto por la opinión ajena, tiene sus límites, porque ninguno apoyaría una ley que protegiera la vida de todos, pero permitiera a cualquiera privarle de la suya.
El aborto siempre es un acto violento que no debe ser alentado, y quien es indiferente ante la violencia, favorece a quien la ejerce. En este, como en otros casos, quien busca una posición neutral o apoya la libre elección, realmente favorece el aborto.
Ese mismo aceptaría que, por ejemplo, en la Alemania Nazi se hubiera hecho este razonamiento: yo soy neutral, pero si tú quieres realizar el genocidio, es asunto tuyo, atente a las consecuencias, pero tú escoge.
Siguiendo la lógica del mito también se podría decir: si tú no quieres violar, no violes, pero no impongas tu criterio sobre los demás, ¿cómo suena esto?
En el caso Dred Scott de E.U.A., la Suprema Corte de Justicia, a través del juez Roger B. Taney confirmó y extendió la esclavitud; declaró que los negros no eran personas y por tanto podían ser esclavos. Actualmente se considera la postura de Taney como la peor decisión constitucional.
Pero hay un hecho curioso. Muchos años antes, Taney había liberado a sus propios esclavos. Hoy podríamos decir que estaba personalmente en contra de la esclavitud, pero que no quería imponer sus puntos de vista a otros.
La contradicción de Taney -la de oponerse en privado, pero tolerar públicamente una extendida práctica social- es la postura preferida respecto al aborto por los que se declaran pro-choice [17].
Se dice ser pro-choice, a escoger que muera un inocente. Por eso la pregunta ¿es el aborto una válida elección de la madre? ¿Acaso se puede “escoger” la suerte del vecino, de la suegra o del hermano? ¿por qué se ha de poder escoger la suerte del hijo?
La experiencia también demuestra que cuando se pierde el respeto por la vida, fácilmente se trasgrede cualquier derecho.
John S. Aird, demógrafo que trabajó casi 30 años en la oficina del Censo de Estados Unidos, comenta que desde 1979 se prohibió tener más de un hijo en China, y que esta política demográfica ha sido aplicada desde con amenazas y multas, hasta abortos y esterilizaciones forzosas.