Condiciones para una buena Confesión
A. Examen de conciencia: Que consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido desde la última confesión.
B. Arrepentimiento: Que consiste en sentir sincero dolor de haber ofendido a Dios; y detestar el pecado. (Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios)
C. Propósito de la enmienda: Que consiste en decidirse firmemente a no volver a pecar; en estar dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
D. Confesión: Que consiste en decirle al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto en el examen de conciencia.
Esta confesión de pecados debe ser:
Sincera: Es decir, sin querer engañar al Sacerdote, pues a Dios es imposible engañarlo.
Completa: Es decir, sin callarse ningún pecado
Humilde: Es decir, sin altanería ni arrogancia.
Prudente: Es decir, que debemos usar palabras adecuadas y correctas, y sin nombrar personas ni descubrir pecados ajenos.
Breve: Es decir, sin explicaciones innecesarias y sin mezclarle otros asuntos.
E. Satisfacción: Que consiste en cumplir la penitencia que nos impone el sacerdote, con la intención de reparar los pecados cometidos. Es obligatorio cumplir la penitencia, porque es parte del mismo sacramento.