139- Cada criatura tiene un rostro, que llevará en el infinito
"Immi, tendrás un rostro que se te parecerá. Y será pintado por un pintor, que no obtiene dinero de su arte, porque ama el arte..."
Así Jesús me dijo un día en nuestro tiempo. Estábamos frente al fuego, estaba ya oscuro afuera, en la pequeña cocina parecía que todo brillase: Jesús, la luz del mundo, estaba allí. ¡Estaba conmigo y era mi Hijo! Esa cocina tenía un olor particular, el olor de nuestra casa, ¡leña, pan sacado del horno... calor!
¡El calor del amor recíproco! Y ahora aguardo ese retrato mío...
Sé que esta decisión te puede preocupar, porque temes no poder hacer bastante bien este rostro mío. Jesús te ha elegido y entonces, todo será perfecto. Esto parece una cosa sin importancia, es en cambio algo que es parte de una gran historia.
"Un pintor que no obtiene dinero de sus obras..."
Jesús ama a los pobres de espíritu. Y, a ellos, si se confían a Él, Él les dará siempre, aún lo que ellos no piden.
Estábamos frente a la hoguera... José estaba en cambio trabajando en un arado. Yo descansaba un poco y Jesús, junto a Mí, me miraba...
"Cada criatura tiene un rostro y en el Infinito llevará su rostro, porque con el alma nos amamos, pero el amor comienza mirándose".
Así me dijo Jesús (con su naturaleza divina), tenía entonces seis años.
He aquí esa luz: ¡Dios de Dios, la luz del mundo!
Yo, Myriam, tengo aún mi rostro, es sonriente, y mis ojos, que un poeta ha llamado "resplandecientes", ¡os miran!(1)
2 de Noviembre de 1983.
(1) El pintor al que se refiere el mensaje es Luigi Crescio, desaparecido hace algunos años, artista aficionado de gran talento, que por dos veces ha pintado a la Virgen María; el poeta es Trilussa, gran cantor romano, en cuyo dialecto "resplandecientes" (brillareli) quiere decir "luminosos como brillantes", justo la perfecta traducción pictórica de la pintura.