8» DIA OCTAVO
El Rico y el Pobre
(Lectura del Santo Evangelio: Lucas 16, 19s)
Dijo Jesús:
“Había un hombre rico que vestía de purpura y lino fino celebrando cada día esplendidos banquetes.
Un pobre de nombre Lázaro, estaba echado a su puerta, y deseaba hartarse de lo que se casia de la mesa del rico, y hasta los perros venían a lamerle las ulceras.
Sucedió pues que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abrahán. Y murió el rico y fue sepultado.
Estando en el hades en el tormento, levanto los ojos y vio a Abrahán desde lejos y a Lázaro junto a el.
Y gritando dijo: “Abrahán, ten piedad de mi, envía a Lázaro para que con la punta de su dedo mojado en agua, refresque mi lengua, porque estoy atormentado en llamas”.
Dijo Abrahán: “Hijo, acuérdate de que recibiste ya tus bienes en la vida, y Lázaro recibió males, y ahora el esta aquí consolado y tu eres atormentado.
Además entre ustedes y nosotros hay un gran abismo, de manera que los que quieran atravesar de aquí a ustedes no pueden ni tampoco pasar de ahí a nosotros”. Y dijo:
“Te ruego Padre, que siquiera le envíes a casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les advierta a fin de que no vengan también ellos a este lugar de tormento”. Y dijo Abrahán:
“ Tienen a Moisés y a los profetas que lo escuchen”. Y él dijo: “No Padre Abrahán, pero si alguno de los muertos fuese a ellos harían penitencia”. Y le dijo:
“Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se dejaran convencer ni de un muerto resucitado”. Palabra del Señor.