63» Acércate a Mi Cruz

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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5-Abr-95 El Señor

1) Ven hijo Mío, sube al Calvario y contempla la Cruz cruelmente enarbolada y a Mí, pendiente de ella entre el cielo y la tierra, vertiendo sangre por todas las heridas. De una parte purificando al mundo y de otra, clamando al cielo por la salvación de los hombres.

2) Medita piadosamente y con atención Mis inauditos tormentos y aprende bien cuán graves y cuán horribles son los pecados del mundo y los tuyos propios, cuando tal expiación han necesitado.

3) Aprende, además, cuánto será el amor de mi corazón, por el cual y siendo inocente, He sufrido de buena voluntad el castigo de los culpables...

4) Yo en la Cruz recreado con hiel y vinagre, tú buscando sabores y regalos. Yo coronado de espinas, tú ciñéndote en desprecio Mío una guirnalda de rosas. Yo pobre y desnudo, tan perdido tras los bienes del mundo. Yo teniendo por cama un madero, tú buscando la cama blanda y el regalo del
cuerpo.
Yo en la Cruz y en la vida que viví lleno de deshonras y dolores, tú perdido, tú perdido siempre tras las honras y deleites. Yo con el costado abierto para darte Mi corazón, tú con el tuyo abierto para vanos y peligrosos amores. Y ¿es así como correspondes al que te ha creado, al que te ha redimido y al que te ha conservado? ¿Qué has
hecho, de tantos beneficios Míos, en agradecimiento de los cuales vuelves a crucificarme?

5) Y en verdad que conociéndome tú mejor que otros con el auxilio de Mi gracia y tu experiencia, y Estando obligado a corresponder con gratitud mayor y amor más tierno, mayor es tu pecado que el de los que Me crucificaron... Añades dolores más agudos a los dolores de Mis heridas, rasgas Mi corazón, no muerto, sino vivo y sacrificas con inaudita crueldad al Autor de tu vida y Juez de tu eterno destino.

6) Ciertamente, en nada se manifiesta con más evidencia la malicia del pecado que en Mi pasión, ni jamás hubiera conocido tan claramente su enormidad si Yo no hubiera muerto en la Cruz por su causa.

7) Llora, por ti y por tu destino. Si en Mí que Soy árbol florido esto hacen los pecadores ajenos, ¿qué harán en ti, árido y seco tronco, tus innumerables pecados propios? Ahora Soy todavía tu Salvador, tu Padre, dispuesto a recibirte entre Mis brazos; después sólo Me encontrarás Juez.

8) Ven, hijo Mío, acércate a la Cruz, aquí resplandece la benignidad y magnificencia de Mis sentimientos paternales, aquí Mis llagas no solamente mueven al arrepentimiento y penitencia, sino que ofrecen el perdón y la gracia; aquí la voz de Mi sangre intercede por ti, con poderoso clamor; aquí
finalmente, Mi corazón se abrasa en el deseo de tu
salvación eterna.

9) Ustedes, los sedientos, vengan, esta es aquella piedra mística, herida con la vara de Moisés en el desierto, de la cual salieron aguas en abundancia. Los que desean paz y amistad con Dios, encontrarán en aquella piedra que roció el Patriarca Job con óleo y la levantó por título de amistad y paz entre Dios y los hombres... Los que desean vino para curar sus llagas, éste es aquel racimo que se trajo de la tierra de promisión a este valle de lágrimas, el cual ahora es pisado y ultrajada en el lugar de la cruz para su
remedio.

10) Los que desean el óleo de la divina gracia, este es el vaso precioso de la vida de Elíseo, lleno de óleo, con el que todos habrán de pagar sus deudas. Y aunque el vaso parece pequeño para tantos, no miren la cantidad sino la virtud, la cual es tan grande que, mientras hayan vasos para llenarse, siempre correrá la vena de este sagrado licor.

11) Aquí está plantado el árbol de la vida, aquí está sentada la escalera mística que junta el cielo con la
tierra, por donde los Ángeles van a Dios.

12) Combatidos por el demonio, en ninguna parte resistirán mejor el combate, que al pie de la Cruz: Aquí, despojados de su señorío y su fuerza, aquí alcanzarán fácilmente la victoria...