69» Aquí Está el Santario

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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10-Abr-95 El Señor

1) Hija Mía, si quieres conocer realmente cuán inmenso es el amor de Mi corazón, cuantas maravillas se encierran en él, qué bienes te ofrezco en el Sacramento de la Eucaristía, contémplame aquí, en cualquiera de los Misterios o condiciones de Mi vida, según lo reclamen las necesidades, tu utilidad o tu consuelo.

2) Como Salvador, es Mi anhelo salvar todo cuanto haya perecido y, sentado junto al pozo doy a toda alma que tiene sed, el agua viva de la fuente de Mi corazón.

3) Como Buen Pastor, busco sin descanso la oveja perdida y, una vez encontrada, la llevo sobre Mis hombros y la caliento con el calor de Mi pecho.

4) Como Padre, lleno de amor, abrazo con alegría al hijo pródigo que vuelve a la casa paterna y comunico a los hijos que Me son fieles cuanto tengo y según su capacidad.

5) Como Médico divino, alivio los dolores de los que padecen, con la unción suavísima de Mi corazón y curo las almas de toda dolencia y enfermedad.

6) Como Maestro, enseño con el ejemplo y las inspiraciones de Mi corazón, que son bienaventurados los pobres de espíritu; bienaventurados los que lloran sus pecados;
bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia; bienaventurados los misericordiosos, los limpios de corazón, los pacíficos, los que padecen persecución por la justicia; bienaventurados en fin los que hacen la voluntad divina, pues son Mis hermanos y coherederos del reino Conmigo.

7) Este Sacramento, contiene también los misterios
consoladores de Mi vida:

8) Aquí está Belén, donde las almas fieles encienden su fervor, donde se nutre su piedad y se santifican a sí mismas; donde se derriten y consagran sus corazones; donde - no ya los ángeles ofrecen paz a los hombres de buena voluntad, sino - Yo mismo la doy con toda la magnificencia de Mi corazón.

9) Aquí está el Santuario en el cual Soy presentado a Dios Padre y ofrecido por la salud de los hombres, en el que, de tal manera Me entrego a los fieles, que pueden, o ya tomarme en sus brazos como Simeón, sino recibirme en sus corazones.

10) Aquí el destino de Egipto, y no de siete años sino de todos los siglos; destierro entre los hombres entregados también a la idolatría que adoran como divinidades los placeres, las riquezas y los honores; destierro en el cual, conocido de pocos, soy por los más tendido y aún despreciado, como extranjero.

11) Aquí el Templo donde continúo ocupándome de las cosas que pertenecen a Mi Padre. Donde, en medio de los Doctores que Me escucha, difundo Mi Espíritu, instruyo a las almas y les comunico los secretos de la vida espiritual, donde Me buscan los que Me aman y Me encuentran gozosos regocijándose como en otro tiempo se regocijaron Mis Padres.

12) Aquí Nazaret, donde vivo una vida escondida en Dios y donde, modelo de vida interior, vivo de un modo sólo conocido de las almas que aspiran a la perfección.

13) Aquí Mi Cátedra donde el celo por las almas apremia e impele sin descanso para extender en los corazones el reino del divino amor.

14) Aquí el Cenáculo donde celebro la Pascua con Mis discípulos, donde les entrego Mi corazón, donde les dejo Mi paz.

15) Aquí Getsemaní, aquí Jerusalén, teatro de Mis dolores, aquí el Gólgota sangriento testigo de Mi crucifixión.

16) Aquí también el misterio de Mi Resurrección, pues la Iglesia celebrando esta gran solemnidad, resucita en cierto modo Conmigo. Y las almas devotas, a semejanza de Mi Madre, se apresuran en ir al Sepulcro glorioso para verme glorificado por la fe, para abrazarme con la esperanzas y para gozarse en Mí por el amor.

17) Todos estos misterios del amor de Mi corazón que encierro manifiestamente y por modo maravilloso en este Sacramento, recuérdalos, hija Mía, con frecuencia. Celebra con los mismos sentimientos de Mi Iglesia las festividades en que se conmemora, ven a beber en estos manantiales la
plenitud de las gracias que en ellos te ofrece Mi corazón.