75» Guarda Mis Mandamientos

Autor: Catalina Rivas | Fuente: www.LoveAndMercy.org  

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17-Abr-95 El Señor

1) Hija Mía, quiero instruirlos sobre el amor, más no quiero que lo lean y den vuelta la página. Analicen, háganse instruir y tomen conciencia de todo esto que es la culminación de la formación que les voy dando.

2) Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas, es el primero y principal mandamiento de la Ley divina. Y Yo soy, hija Mía, tu dios y Señor y, por Mí has sido creada y redimida. ¿Hallarás difícil el precio de amarme?

3) ¿Qué cosa es más fácil que amar? El amor es la vida del corazón y, para amar creé el tuyo, pero para amarme a Mí sobre todas las cosas.

4) ¿Puede, por ventura, hallarse, ni en la tierra ni en los cielos, objeto de amor más dulce que Mi corazón? Tú Me llamas tu Dios, tu Padre, tu Amado, pero si Soy tu dios ¿qué has hecho de Mi honra? Si Soy tu padre, dónde está tu amor? Si Soy tu amado, ¿dónde está tu afecto, tu ternura?

5) Señal primera de la vida del amor divino es el amarme con tal amor de preferencia, que guardes todos Mis mandamientos, sin permitirte quebrantarlos deliberadamente por cosa alguna.

6) Quien no Me ama de este modo, vive en la muerte. Es imposible que la vida y la muerte, el amor divino y pecado, habiten a la vez en un mismo corazón... Obras son las que dan testimonio del amor, así el que guarda Mis mandamientos, éste Me ama. Y en esto, conocerás que Me amas, en que
guardes Mis sentimientos.

7) Será tanto más perfecto y meritorio tu amor hacia Mí, cuanto sea tu conformidad y uniformidad con la voluntad divina en todas las cosas.

8) Este amor hace que aborrezcas y huyas de cuanto Yo huyo y aborrezco y que te deleites con aquello que a Mi Me agrada.

9) El amor quiere siempre dirigirse hacia arriba, no quiere ser detenido por las cosas viles.

10) Nada hay más dulce, nada más fuerte, nada más elevado, nada más dilatado, nada más agradable, ni más cumplido, ni mejor en el cielo y en la tierra, que el amor; porque el amor nació de Mí y no puede descansar en las cosas perecederas, sino solo en Mí...

11) El que ama corre, vuela y se alegra, es libre y nada le detiene. Da todas las cosas por todos y, tiene todas las cosas por todos porque descansa en Mí que Soy el Bien sumo sobre todas ellas y del cual mana y procede todo bien.

12) El amor, muchas veces no tiene medida, porque hierve sobre toda medida. No siente la carga, se hace insensible a los trabajos, desea mas de lo que puede, no se queja de lo imposible, porque se persuade que todo lo puede en Mí.

13) El amor siempre vela: fatigado, no se cansa, angustiado no se abate, aterrorizado no se turba. Es como una viva llama que sube a lo alto y penetra sin obstáculo... El amor es veloz, prudente, longánimo, heroico, sin buscarse jamás a sí mismo, porque en el acto de hacerlo dejaría de ser amor.

14) El amor circunspecto, humilde y recto; no es regalado, ni liviano, ni atiende a cosas vanas; es sobrio, casto, constante, tranquilo y recogido en todos los sentidos.

15) El amor es sumiso y obediente, devoto y agradecido para su Dios y espera con fidelidad y confianza en su Señor, aún cuando experimente las dulzuras de Mí corazón, porque sabe que sin dolor no se vive en el amor.

16) Ama. Hija Mía, este amor santo que siendo uno solo, todo lo realiza y obra maravillas con extrema dulzura. Este amor, se aprende amando: ama mucho si quieres adelantar mucho en la ciencia del amor divino... Aumentarás este amor orando piadosamente, pidiendo con frecuencia el don del amor,
comunicando Conmigo más por el efecto que por la meditación, derramando en Mí tu corazón más que ocupando tu mente en Mí presencia...

17) Aumentarás este amor si tu alma se muestra agradecida a cuanto posee y ha recibido de Mí la vida, conservación, los bienes todos naturales, la redención, la vocación, la gracia, todos los medios de salvación y, por último, todos los demás bienes sobrenaturales.

18) Aumentarás este amor recordando siempre cuánto te He amado, cuánto He hecho por ti, cuánto por ti He padecido, con cuánta Misericordia y benignidad Me He conducido siempre contigo y, lo que te He preparado en el tiempo y en la eternidad...