Tuesday March 19,2024
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INDICE REFLEXIONES

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MIRA A DIOS EN LOS DEMÁS, Shaya

En Brooklyn, Nueva York,  está una escuela para niños que tienen lento aprendizaje. Algu­nos niños pasan ahí el resto de su vida escolar, mientras otros, pueden ser enviados a otras es­cuelas convencionales. En una cena que tuvieron el personal de la escuela, estaba el padre de uno de estos niños preparando un discurso para que nunca lo pudieran olvidar todos los que lo escucharan. Después de la cena todo el staff puso atención en lo que el padre iba a deliberar y dijo: "¿Dónde está la perfección en mi hijo Shaya?

Todo lo que Dios hace está hecho a la perfección. Pero mi niño no puede entender cosas que otros niños entienden. Mi niño no puede recordar hechos y figuras que otros niños recuer­dan. ¿Dónde está la perfección de Dios? La audiencia quedó sorprendida ante esta pregunta viendo la cara angustiada del padre y murmurando entre ellos. "Yo creo", contestó el padre, "que cuando Dios brinda un niño así al mundo, la perfección de Él es la forma de reaccionar de la gente ante estos niños". Él des­pués contó la siguiente historia acerca de su hijo Shaya:

Una tarde Shaya y su padre caminaban en el parque donde algunos niños estaban jugando béisbol. "¿Crees que ellos me dejaran jugar?" El padre de Shaya sabía que su hijo no era para nada un atleta y que los niños no lo querrían en su equipo. Pero el papá de Shaya entendió que había escogido jugar béisbol porque le daba a él una confortable idea de pertenecer a un grupo de niños "normales". El padre de Shaya llamó a uno de los niños en el campo y preguntó si Shaya podía jugar. El chico miró a sus compañeros de equipo y no obteniendo respuesta de ellos, él tomó la resolución y dijo: "Yo creo que él puede estar en nuestro equipo y nosotros trataremos de colocarlo a él en el bat en la novena entrada". El padre de Shaya estaba atónito ante la respuesta del niño y Shaya sonrió satisfactoriamente. Shaya estaba diciendo que lo pusieran en una base y así dejaría de jugar en corto tiempo justo al final de la octava entrada, pero los niños hicieron caso omiso a lo que Shaya decía. El juego se estaba poniendo bueno; el equipo de Shaya anotó de nuevo y ahora estaba con dos out y las bases llenas con el mejor jugador de todos corriendo a base, y Shaya estaba preparado para empezar. ¿Dejaría el equipo realmente que Shaya fuera al bat y dejar ir la oportunidad de ganar el juego? Sorpresivamente, Shaya estaba tomando el bat. Todos pensaron que todo había terminado, por­que Shaya no sabía ni siquiera cómo tomar el bat apropiada­mente. De cualquier forma, cuando Shaya estaba parado en el plato, el pitcher se movió al­gunos pasos para lanzar la pelo­ta suavemente para que Shaya pudiera al menos hacer contac­to con ella. La primera bola ve­nía y Shaya falló. Uno de sus compañeros de equipo se acer­có a Shaya y juntos tomaron el bat y encararon al pitcher espe­rando por la siguiente bola. El pitcher volvió a dar unos pasos para lanzar suavemente la pelo­ta a Shaya. Cuando el pitcher venia, Shaya y su compañero tomaron el bat y juntos, dieron un golpe lento a la pelota que regresó inmediatamente a manos del pitcher. El pitcher tomó la pe-lota y pudiendo fácilmente  lanzarla a primera base, pon­chando a Shaya para que termi­nara rápidamente de jugar que­dando fuera. Instantáneamente el pitcher tomó la pelota y la lan­zó lo más lejos que pudo de pri­mera base.

Todos empezaron a gritar: "¡Shaya corre a primera, corre a primera!" Nunca en su vida Shaya había corrido a primera base. Él vio toda la línea de jue­go donde le indicaban cual era la primera base. Al tiempo él corrió a primera base, el opo­nente tenía la bola en sus manos. Él podía lanzar la bola a la per­sona de la segunda base y dejar fuera a Shaya que estaba toda­vía corriendo, pero el oponente entendió las intenciones del pitcher y lanzó la bola lo más alto y lejos de la segunda base. To­dos gritaron: "¡Corre a segunda, corre a segunda!" Shaya corrió a segunda base y los demás co­rredores junto con él corrían y le daban ánimos para que él con­tinuara su carrera a segunda. Cuando Shaya tocó la segunda base, el opositor paró de correr hacia él, le mostró la dirección de la tercera base y grito: "¡Co­rre a tercera!" Conforme corría a tercera, los niños de los  dos equipos ya estaban corrien­do junto a él gritando todos a una sola voz: "¡Shaya, corre a cuar­ta!" Shaya corrió a cuarta y paró justo en el plato de "home" don­de todos los 18 niños lo alzaron en sus hombros y lo hicieron sen­tir un héroe, mientras él sabía que había hecho "una gran carrera" y ganó el juego por su equipo  Aquel día, dijo el padre de Shaya suavemente con lagrimas rodando por sus mejillas:

"Aquellos 18 niños mostraron con un gran nivel la perfección de Dios".

Es curioso cómo gente sim­ple y normal nos muestra lo ma­ravilloso que es vivir en Dios y con Dios.

Es curioso cómo algunos pue­den decir: "Yo creo en Dios", pero continúan siguiendo los malos pasos.   ;... Es curioso, o no?

ES CURIOSO CÓMO PUEDO YO ESTAR PREOCUPADO ACERCA DE QUE PIENSA LA GENTE DE MÍ, EN VEZ DE PREOCUPARME ACERCA DE QUÉ PIENSA DIOS DE MÍ.