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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO
Autor: María Valtorta
« PARTE 4 de 7 »
TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS
Partes:
[ 1 ]
[ 2 ]
[ 3 ]
[ 4 ]
[ 5 ]
[ 6 ]
[ 7 ]
313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo
314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida
315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor
316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica
317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote
318. En barca de Tolemaida
a Tiro
319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes
320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad
321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes
322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía
323. La visita a Antigonio
324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica
325. Los ocho apóstoles se reúnen
con Jesús
cerca de Akcib
326. Un alto en Akcib
327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura
328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona
329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña
330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás
331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib
332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro
333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón
334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico
335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado
336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima
337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada
338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador
339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote
340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel
341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios
342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc
343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro
344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás
345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas
346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro
347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego
348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen
349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos
350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios
351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez
352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos
353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra
354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm
355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión
356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar
357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio
358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías
359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad
360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó
361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán
362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas
363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén
364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos
365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo
366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía
367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní
368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo
369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas
370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa
371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro
372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro
373. El día de la Parasceve.
En el Templo
374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel
375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel
376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido
377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte
378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa
379. Una premonición del
apóstol Juan
380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción
381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio
382. Un alto en casa de Nique
383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán
384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón
385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón
386. Hacia la orilla occidental
del Jordán
387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué
388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.
389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles
390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma
391. Curación del leproso Eliseo de Engadí
392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza
393. En la casa de campo de María de Keriot
394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot
395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas
396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones
397. Despedida de los fieles
de Yuttá
398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote
399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa
400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia
401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora
402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter
403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás
404. En camino hacia Emaús
de la llanura
405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel
406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles
407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos
408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea
409. El drama familiar del Anciano Juan
410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico
411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda
412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas
413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo
414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías
415. Un alto en el camino
en Betania
416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó
417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano
418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón
419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas
420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor
421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo
422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles
423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón
424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea
425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos
426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada
427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala
428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío
429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón
430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley
431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán
432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori
433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea
434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada
435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles
436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención
437. Coloquio
de Jesús con
su Madre
438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote
439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios
440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo
441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola
442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María
443. La muerte del abuelo de Margziam
444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador
445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote
446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento
447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco
448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro
449. El pequeño Alfeo desamado de su madre
450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan
451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos
452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos
453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico
454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo
455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados
456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa
457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula
458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios
459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades
460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio
461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor
462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades
463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora
464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto
465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún
466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana
467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín
468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura
469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín
470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio
471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor
472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala
473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias
474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor
475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos
476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra
477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María
478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos
479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán
480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán
481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos
482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe
483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria
484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada
485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam
486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino
487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo
488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración
489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento
490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías
491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva
492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor
493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios
494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores
495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania
496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.
497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento
498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote
499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra
500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo
501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra
502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)
503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto
504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías
505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda
506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo
507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías
508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí
509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo
510. La curación de un ciego
de nacimiento
511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote
512. Profecía ante un pueblo destruido
513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel
514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía
515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad
516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios
517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error
518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor
519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro
520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana
521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana
522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo
523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos
524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos
525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí
526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista
527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo
528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote
529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob
530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote
531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví
532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob
533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote
534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles
535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás
536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro
537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle
538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores
539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes
540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año
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449- El pequeño Alfeo desamado de su madre
-Tomad provisiones y ropa para varios días. Vamos a Ippo y de allí a Gamala y Afeq, para bajar a Guerguesa y volver aquí antes del sábado -ordena Jesús, enhiesto en el umbral de la puerta de la casa y acariciando mecánicamente a unos niños de Cafarnaúm que han venido a saludar a su gran Amigo, en cuanto el sol poniente ha dejado de abrasar tan fuertemente y ha permitido dejar las casas. Y uno de los primeros en hacerlo ha sido Jesús, uno de los primeros de esta ciudad que sale del torpor asfixiante de las horas llenas de sol.
Los apóstoles no parecen muy entusiastas de la orden recibida. Se miran unos a otros y miran al sol -aún tan despiadado-y tocan los muros de las casas, todavía abrasadores, y tantean con el pie desnudo el suelo y dicen:
-Está caliente como un ladrillo sacado del fuego... -dando a entender con toda esta pantomima que es de locos ir por los caminos...
Jesús se separa de las jambas en que apoyaba un poco su cuerpo y dice:
-El que no se sienta con fuerzas para venir puede quedarse. No obligo a nadie. Pero no quiero dejar a esta región sin la palabra.
-Maestro... ¿cómo se te ocurre eso? Vamos todos... Lo único... es que nos parecía todavía pronto para estar por ahí...
-Antes de los Tabernáculos, quiero ir hacia el norte, es decir, mucho más lejos; y sin barca, por caminos. Por eso ahora se debe recorrer esta zona, donde el lago ahorra mucho camino.
-Tienes razón. Voy a preparar las barcas... -y Simón de Jonás va con su hermano, y con los dos hijos de Zebedeo y algún discípulo a preparar la partida.
Jesús se queda con el Zelote, sus primos, Mateo, Judas Iscariote, Tomás y los inseparables Felipe y Bartolomé, que preparan sus morrales y llenan las cantimploras, meten panes, fruta... todo lo necesario.
Un mocosuelo gimotea entre las rodillas de Jesús.
-¿Por qué lloras, Alfeo? -pregunta Jesús inclinándose a besarlo...
-Nada...
Un lloriqueo más fuerte.
-Ha visto la fruta y la quiere -dice, con tedio, Judas Iscariote.
-¡Pobrecito! ¡Tiene razón! No se debe pasar ciertas cosas delante de los ojos de los niños sin darles un poco. Ten, hijo. ¡No llores! -dice María de Alfeo, arrancando un racimo de un sarmiento, que ha sido puesto en un cesto con todas las hojas y los racimos todavía prendidos.
-No quiero las uvas... -y llora más fuerte.
-Lo que quiere es el agua con miel -dice Tomás, y ofrece su odre, diciendo:
-A los niños les gusta, y es saludable. También a mis sobrinitos...
-No quiero tu agua... -y el llanto aumenta más en tono y en intensidad.
-¿Pero qué quiere entonces? -pregunta entre severo y molesto Judas de Alfeo.
-¡Dos bofetones, eso es lo que quiere! -dice Judas Iscariote.
-¿Por qué? ¡Pobre niño! -pregunta Mateo.
-Porque es un pesado.
-¡Si tuviéramos que liarnos a tortazos con todos los pesados... deberíamos ocupar toda nuestra vida en dárselos! -dice con toda calma Tomás.
-Quizás no se siente bien. Fruta y agua, agua y fruta... hace que duela el cuerpo -sentencia María Salomé, que está entre las discípulas.
-Y ese niño, si come pan, agua y fruta, ya es mucho... ¡Son tan pobres! -dice Mateo, que conoce por la experiencia de recaudador todas las economías de Cafarnaúm.
-¿Qué te sucede, hijito? ¿Te duele aquí?... Pues no está más caliente de la cuenta... -dice María de Cleofás de rodillas al lado del niño.
-¡Pero mamá, que es un capricho!... ¿No lo ves? Tú mimarías a todos.
-¡Yo no te he mimado, Judas mío; te he querido. Y no dabas crédito a tus ojos al ver que te quería hasta el punto de protegerte contra la severidad de Alfeo...
-Es verdad, mamá... Te he regañado injustamente.
-Ningún mal, hijo. Pero, si quieres ser apóstol, debes saber tener entrañas de madre hacía los fieles. Ten en cuenta que son como niños... y se necesita paciencia de amor hacia ellos...
-¡Bien dicho, María! -aprueba Jesús.
-Acabaremos siendo instruidos por las mujeres -murmura Judas Iscariote -Y quizás hasta por mujeres paganas...
-Sin duda. Os superarán con mucho, si seguís siendo lo que sois, tú más que los demás, Judas; ciertamente te superarán todos: los niños, los mendigos, los ignorantes, las mujeres, los gentiles...
-Acabarías antes si dijeras que seré el aborto del mundo -responde Judas, y se ríe con una risa biliosa.
-Están volviendo los otros... ¿convendrá partir, no? -dice Bartolomé para cortar esta escena que hace sufrir a muchos, a todos de distinto modo.
El llanto del niño toca el punto máximo.
-¡Pero bueno! ¿Qué quieres? ¿Qué te pasa? -le dice, agresivo, Judas Iscariote, dándole un rudo meneo, para separarlo de las rodillas de Jesús, a las que el niñito se ha aferrado, y, sobre todo, para descargar su enojo sobre el inocente.
-¡Contigo, Jesús! ¡Contigo!... Te vas... y palos, palos, palos...
-¡Ah!... ¡Oh, pobre niño! ¡Es verdad! Desde que se ha vuelto a casar, los del primer marido... son como pordioseros,... como sí no hubieran nacido de ella... Los manda a la calle como mendigos y... ¡oh! para ellos no hay pan... -dice la mujer del dueño de la casa, que parece conocer bien los hechos y a sus protagonistas. Y termina:
-Haría falta alguien que adoptara a estos tres abandonados...
-No le digas eso a Simón de Jonás, mujer. Te atraerías un odio mortal de su suegra, que está más irritada que nunca contra él y contra todos nosotros. Esta mañana, una vez más, ha cubierto de insolencias a Simón y a Margziam, y a mí que estaba con ellos... -dice Mateo.
-No se lo diré a Simón... Pero es así...
-¿Y tú no los tomarías contigo? No tienes hijos... -dice Jesús mirándola fijamente.
-Yo... ¡oh! me gustaría... Pero somos pobres... y además... Tomás... en ese caso, tiene sobrinos... y yo también... y... y...
-Y te falta, sobre todo, la voluntad de hacer el bien a tus semejantes... Mujer, ayer criticabas como duros de corazón a los fariseos de aquí, criticabas como insensibles a mi palabra a los habitantes de la ciudad...
Pero, tú, que hace más de dos años que me conoces, ¿en qué te diferencias?...
La mujer agacha la cabeza mientras arrebuja la túnica con sus manos... Pero no dice ni una palabra en favor del pequeñuelo, que sigue llorando.
-Estamos preparados, Maestro -grita Pedro, que está llegando.
-¡Oh, ser pobre!... ¡Y perseguido!... -dice Jesús suspirando y levantando los brazos y moviéndolos con gesto de desconsuelo...
-¡Hijo mío!... -lo conforta María, que hasta ese momento había guardado silencio. Y basta esa palabra para consolar a Jesús.
-Id adelante con las provisiones, vosotros. Yo voy con mi Madre hasta la casa del niño -ordena a los que han llegado y a los que ya estaban con Él, y se pone en camino con su Madre, que ha tomada en brazos al niño...
Van hacia el campo.
-¿Qué le vas a decir, Hijo mío?
-Mamá, ¿qué quieres que diga a una que no tiene amor en sus entrañas de madre ni siquiera para los que han nacido de su seno?
-Tienes razón... ¿Y entonces?
-Y entonces... Vamos a orar, Madre mía.
Van caminando y orando.
Una anciana les pregunta:
-¿Lleváis a Alfeo a Meroba? Decidle que ya es hora de que se preocupe de él. A la fuerza tienen que acabar siendo ladrones... y donde caen son como la langosta... Pero mi enfado es contra ella, no contra estos tres pobrecillos... ¡Qué injusta es la muerte! ¿No podía seguir viviendo Jacob y morirse ella? Deberías hacer que muriera; así...
-Mujer, ¿eres anciana y aún no eres sabia? ¿Y dices esas palabras pudiendo morir en cualquier minuto?
Verdaderamente eres tan injusta como Meroba. Arrepiéntete de esto y no peques más.
-Perdón, Maestro... Es que su pecado me hace disparatar...
-Sí. Te perdono. Pero no vuelvas a decir, ni siquiera dentro de ti misma, esas palabras. Los errores no se reparan con la maldición, sino con el amor. Si muriera Meroba, ¿cambiaría el sino de éstos? Quizás el viudo tomaría otra mujer y tendría hijos de terceras nupcias, y éstos una madrastra... Y, entonces, más grave su suerte.
-Es verdad. Soy vieja y necia. Ahí está Meroba, imprecando ya... Te dejo, Maestro. No quiero que piense que te he hablado de ella. Es una víbora...
Pero la curiosidad es más fuerte que el miedo a la "víbora", y la viejecita, a pesar de que se distancie de Jesús y María, lo hace muy relativamente, y se agacha a arrancar la hierba del lindazo, que está húmeda por su cercanía a una fuente, para escuchar sin llamar la atención.
-¿Estás aquí? ¿Qué has hecho? ¡A casa! Siempre en la calle, como animales vagabundos, como perros sin amo, como...
-Como hijos sin madre. Mujer, ¿sabes que dan mal testimonio de la madre los hijos que no están pegados a sus faldas?
-Es porque son malos...
-No. Yo estoy viniendo aquí desde hace treinta meses. Antes, cuando vivía Jacob y durante los primeros meses de viudez, no era así. Luego has tomado otro marido... y con la memoria de las primeras nupcias has perdido también la de tus hijos. Pero ¿qué tienen de distinto respecto al que ahora crece en tu seno? ¿No los llevaste así también a éstos? ¿Acaso no los amamantaste? Mira aquella paloma de allí... Los cuidados que prodiga a aquel pichoncito... a pesar de estar incubando ya otros huevos... Mira aquella oveja de allí. Ya no amamanta al cordero del parto precedente, porque está preñada de nueva prole. Y, no obstante, ¿ves cómo le lame el morrito y deja que ese vivaracho corderito choque contra su costado? ¿No me respondes? Mujer, ¿tú oras al Señor?
-Claro. No soy pagana...
-¿Y cómo puedes hablarle al justo Señor si eres injusta?
¿Y cómo puedes ir a la sinagoga y oír leer los volúmenes, cuando hablan del amor de Dios hacia sus hijos, sin sentir el remordimiento en el corazón? ¿Por qué callas, con ese gesto arrogante?
-Porque no he solicitado tus palabras... ni sé por qué vienes a molestarme... Mi estado merece respeto...
-¿Y el de tu alma, no? ¿Por qué no respetas los derechos de tu alma? Sé lo que quieres decirme: que encolerizarte puede poner en peligro la vida del niño que ha de nacer...
¿Y no sientes solicitud por la vida de tu alma? Es más preciosa que la vida de un niño que ha de nacer... Tú sabes... que tu estado puede acabar en la muerte. ¿Y quieres afrontar esa hora con el alma turbada, enferma, injusta?
-Mi marido dice que Tú eres una persona a la que no hay que escuchar. No te escucho. "Ven, Alfeo... -y hace ademán de volverse, entre los gritos del niño, que ya sabe que le esperan palos y no quiere separarse de los brazos de María, la cual, suspirando, trata de persuadirla, y se dirige a la mujer diciendo:
-Yo también soy madre y sé comprender muchas cosas. Y soy mujer... Sé, por tanto, sentir compasión de las mujeres.
Atraviesas una temporada no buena, ¿no es verdad? Sufres y no sabes sufrir... y así te irritas... Hermana mía, escucha. Si yo te diera ahora al pequeño Alfeo, serías injusta con él y contigo. Déjamelo unos pocos días, ¡po-cos! Verás como, cuando no lo veas a tu lado, suspirarás por él... porque un hijo es una cosa tan dulce que, cuando se aleja de nosotras, nos sentimos pobres, heladas, sin luz...
-¡Pues tómalo! ¡Tómalo! ¡Ojalá tomases contigo también a los otros dos! Pero no sé dónde están...
-Me lo llevo, sí. Adiós, mujer. Ven, Jesús.
Y María se vuelve rápidamente y se aleja, con un sollozo...
-No llores, Mamá.
-No la juzgues, Hijo...
Las dos frases -compasivas las dos-se entrecruzan. Luego, por un mismo pensamiento, las dos bocas se despegan para proferir las mismas palabras:
-Si no comprenden los amores naturales, ¿podrán, acaso, comprender el amor que hay en la Buena Nueva? -y se miran, este Hijo y esta Madre, por encima de la cabecita del inocente, que se abandona ahora confiado y feliz a los brazos de María...
-Tendremos un discípulo más de lo previsto, Mamá.
-Y gozará de días de paz...
-¿Habéis visto, eh? Sorda, sorda como un pandero desfondado... ¡Ya os lo había dicho! ¿Y ahora? ¿Y después?
-Y ahora hay paz. Y después, Dios quiera que haya piedad en algún corazón...
¿Por qué no en el tuyo, mujer? Un vaso de agua dado por amor queda registrado en el Cielo. Y a quien ama a un inocente por amor mío... ¡oh! ¡Qué bienaventuranza para los que aman a los pequeñuelos y los salvan del mal!...
La viejecita se queda pensativa.., y Jesús continúa por un atajo que conduce al lago. Y llega al lago. Coge al niñito de los brazos de María, para que Ella pueda subir más cómodamente a la barca. Alza al niño lo más que puede para mostrarlo; sonríe luminosamente y dice a los que están ya en las barcas:
-¡Mirad! Esta vez sí que vamos a tener una predicación fructífera, porque llevamos con nosotros a un inocente -y sube con firmeza al tablón, que oscila, y entra en la barca. Se sienta al lado de su Madre, mientras la barca se separa de la orilla para poner enseguida rumbo al sudeste, hacia Ippo.
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