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EL EVANGELIO
COMO ME HA SIDO REVELADO
Autor: María Valtorta
« PARTE 4 de 7 »
TERCER AÑO DE LA
VIDA PUBLICA DE JESUS
Partes:
[ 1 ]
[ 2 ]
[ 3 ]
[ 4 ]
[ 5 ]
[ 6 ]
[ 7 ]
313. Preparativos para salir de Nazaret, después de la visita de Simón de Alfeo con su familia. Durante el tercer año,
Jesús será el Justo
314. La cena en la casa de Nazaret. La dolorosa partida
315. El viaje hacia Yiftael y las reflexiones de Juan de Endor
316. Jesús se despide de Juan
de Endor y de Síntica
317. La oración de Jesús por la salvación de Judas Iscariote
318. En barca de Tolemaida
a Tiro
319. Partida de Tiro en la nave del cretense Nicomedes
320. Prodigios en la nave en medio de una tempestad
321. Arribo a Seleucia.
Se despiden de Nicomedes
322. Partida de Seleucia en un carro y llegada a Antioquía
323. La visita a Antigonio
324. Las pláticas de los ocho apóstoles antes de dejar Antioquía. El adiós a Juan de Endor y a Síntica
325. Los ocho apóstoles se reúnen
con Jesús
cerca de Akcib
326. Un alto en Akcib
327. En los confines de Fenicia. Palabras de Jesús sobre la igualdad de los pueblos.
Parábola de la levadura
328. En Alejandrocena donde los hermanos de Hermiona
329. En el mercado de Alejandrocena. La parábola
de los obreros de la viña
330. Santiago y Juan "hijos del trueno". Hacia Akcib
con el pastor Anás
331. La fe de la mujer cananea y otras conquistas. Llegada a Akcib
332. La sufrida separación de Bartolomé, que con Felipe
vuelve a unirse al Maestro
333. Con los diez apóstoles
hacia Sicaminón
334. También Tomas y Judas Iscariote se unen de nuevo al grupo apostólico
335. La falsa amistad de Ismael ben Fabí, y el hidrópico
curado en sábado
336. En Nazaret con cuatro apóstoles. El amor de Tomás
por María Santísima
337. El sábado en Corazín. Parábola sobre los corazones imposibles de labrar. Curación
de una mujer encorvada
338. Judas Iscariote pierde el poder de milagros.
La parábola del cultivador
339. La noche pecaminosa
de Judas Iscariote
340. El enmendamiento de Judas Iscariote y el choque con los rabíes junto al sepulcro de Hil.lel
341. La mano herida de Jesús. Curación de un sordomudo en los confines sirofenicios
342. En Quedes. Los fariseos piden un signo.
La profecía de Habacuc
343. La levadura de los fariseos. El Hijo del hombre.
El primado a Simón Pedro
344. Encuentro con los discípulos en Cesárea de Filipo y explicación de la sedal de Jonás
345. Milagro en el castillo
de Cesárea Paneas
346. Primer anuncio de la Pasión y reprensión a Simón Pedro
347. En Betsaida. Profecía sobre el martirio de los Apóstoles y curación de un ciego
348. Manahén da algunas noticias acerca de Herodes Antipas, y desde Cafarnaúm va con Jesús a Nazaret. Revelación de las transfiguraciones
de la Virgen
349. La Transfiguración en el monte Tabor y el epiléptico curado al pie del monte. Un comentario para los predilectos
350. Lección a los discípulos sobre el poder de vencer
a los demonios
351. El tributo al Templo pagado con la moneda hallada
en la boca del pez
352. Un convertido de María de Magdala. Parábola para el pequeño Benjamín y lección sobre quién es grande
en el reino de los Cielos
353. La segunda multiplicación de los panes y el milagro de la multiplicación de la Palabra
354. Jesús habla sobre el Pan del Cielo en la sinagoga
de Cafarnaúm
355. El nuevo discípulo Nicolái de Antioquía y el segundo anuncio de la Pasión
356. Hacia Gadara. Las herejías de Judas Iscariote y las renuncias de Juan,
que quiere sólo amar
357. Juan y las culpas de Judas Iscariote. Los fariseos y la cuestión del divorcio
358. En Pel.la. El jovencito Yaia y la madre de Marcos de Josías
359. En la cabaña de Matías cerca de Yabés Galaad
360. El malhumor de los apóstoles y el descanso en una gruta. El encuentro
con Rosa de Jericó
361. Los dos injertos que transformarán a los apóstoles. María de Magdala advierte a Jesús de un peligro. Milagro ante la riada del Jordán
362. La misión de las "voces" en la Iglesia futura. El encuentro con la Madre y las discípulas
363. En Rama, en casa de la hermana de Tomás. Jesús habla sobre la salvación.
Apóstrofe a Jerusalén
364. En el Templo. Oración universal y parábola del hijo verdadero y los hijos bastardos
365. Judas Iscariote insidia la inocencia de Margziam. Un nuevo discípulo, hermano de leche de Jesús. En Betania, en la
casa de Lázaro, enfermo
366. Anastática entre las discípulas. Las cartas de Antioquía
367. El jueves prepascual. Preparativos en el Getsemaní
368. El jueves prepascual. En Jerusalén y en el Templo
369. El jueves prepascual. Parábola de la lepra de las casas
370. El jueves prepascual. En el convite de los pobres en el palacio de Cusa
371. El jueves prepascual. Por la noche en el palacio de Lázaro
372. El día de la Parasceve. Despertar en el palacio de Lázaro
373. El día de la Parasceve.
En el Templo
374. El día de la Parasceve. Por las calles de Jerusalén y en el barrio de Ofel
375. La cena ritual en casa de Lázaro y el banquete sacrílego en la casa de Samuel
376. Lección sobre la obra salvífica de los santos, y condena al Templo corrompido
377. Parábola del agua y del junco para María de Magdala, que ha elegido la mejor parte
378. La parábola de los pájaros, criticada por unos judíos enemigos que tienden una trampa
379. Una premonición del
apóstol Juan
380. El amor de los apóstoles, de la contemplación a la acción
381. La parábola del administrador infiel y sagaz. Hipocresía de los fariseos y conversión de un esenio
382. Un alto en casa de Nique
383. Discurso sobre la muerte junto al vado del Jordán
384. El anciano Ananías, guardián de la casita de Salomón
385. Parábola de la encrucijada y milagros cerca del pueblo
de Salomón
386. Hacia la orilla occidental
del Jordán
387. En Guilgal. El mendigo Ogla y los escribas tentadores. Los apóstoles comparados con las doce piedras del
prodigio de Josué
388. Exhortación a Judas Iscariote, que irá a Betania
con Simón Zelote.
389. Llegada a Engadí con
diez apóstoles
390. La fe de Abraham de Engadí y la parábola de la semilla
de palma
391. Curación del leproso Eliseo de Engadí
392. La hostilidad de Masada, ciudad-fortaleza
393. En la casa de campo de María de Keriot
394. Parábola de las dos voluntades y despedida de los habitantes de Keriot
395. Las dos madres infelices de Keriot. Adiós a la madre de Judas
396. En Yuttá, con los niños. La mano de Jesús obradora
de curaciones
397. Despedida de los fieles
de Yuttá
398. Palabras de despedida en Hebrón. Los delirios
de Judas Iscariote
399. Palabras de despedida en Betsur. El amor materno de Elisa
400. En Béter, en casa de Juana de Cusa, la cual habla del daño provocado por Judas Iscariote ante Claudia
401. Pedro y Bartolomé en Béter por un grave motivo.
Éxtasis de la escritora
402. Judas Iscariote se siente descubierto durante el discurso de despedida en Béter
403. Una lucha y victoria espiritual de Simón de Jonás
404. En camino hacia Emaús
de la llanura
405. Descanso en un henil y discurso a la entrada de Emaús de la llanura. El pequeño Miguel
406. En Joppe. Palabras inútiles a Judas de Keriot y diálogo sobre el alma con algunos Gentiles
407. En los campos de Nicodemo. La parábola de los dos hijos
408. Multiplicación del trigo en los campos de José de Arimatea
409. El drama familiar del Anciano Juan
410. Provocaciones de Judas Iscariote en el grupo apostólico
411. Una lección extraída de la naturaleza y espigueo milagroso para una viejecita. Cómo ayudar a quien se enmienda
412. Elogio del lirio de los valles, símbolo de María. Pedro se sacrifica por el bien de Judas
413. Llegada a Jerusalén para la fiesta de Pentecostés y disputa con los doctores del Templo
414. Invectiva contra fariseos y doctores en el convite en casa
del Anciano Elquías
415. Un alto en el camino
en Betania
416. Un mendigo samaritano en el camino de Jericó
417. Historia de Zacarías el leproso y conversión
de Zaqueo el publicano
418. Curación del discípulo José, herido en la cabeza y recogido en la casita de Salomón
419. Curaciones en un pueblecito de la Decápolis. Parábola del escultor y de las estatuas
420. Curación de un endemoniado completo. La vocación de la mujer al amor
421. El endemoniado curado, los fariseos y la blasfemia contra
el Espíritu Santo
422. El Iscariote, con sus malos humores, ocasiona la lección sobre los deberes
y los siervos inútiles
423. Partida del Iscariote, que ocasiona la lección sobre
el amor y el perdón
424. Pensamientos de gloria y martirio ante la vista de la costa mediterránea
425. En Cesárea Marítima. Romanos mundanos y parábola de los hijos con destinos distintos
426. Con las romanas en Cesárea Marítima. Profecía en Virgilio.
La joven esclava salvada
427. Bartolomé instruye
a Áurea Gala
428. Parábola de la viña y del viñador, figuras del alma y del libre albedrío
429. Con Judas Iscariote en la llanura de Esdrelón
430. El nido caído y el escriba cruel. La letra y el espíritu
de la Ley
431. Tomás prepara el encuentro de Jesús con los campesinos
de Jocanán
432. Con los campesinos
de Jocanán, cerca de Sefori
433. Llegada a Nazaret. Alabanzas a la Virgen.
Curación de Áurea
434. Trabajos manuales en Nazaret y parábola
de la madera barnizada
435. Comienzo del tercer sábado en Nazaret y llegada de Pedro con otros apóstoles
436. En el huerto de Nazaret, revelado a apóstoles y discípulas el precio de la Redención
437. Coloquio
de Jesús con
su Madre
438. María Santísima con María de Alfeo en Tiberíades, donde Valeria. Encuentro con Judas Iscariote
439. María Santísima enseña a Áurea a hacer la voluntad de Dios
440. Otro sábado en Nazaret. Obstinación de José de Alfeo
441. Partida de Nazaret. Un incendio de brezos durante el viaje viene a ser el tema de una parábola
442. Judas Iscariote en Nazaret en casa de María
443. La muerte del abuelo de Margziam
444. Las dotes de Margziam. Lección sobre la caridad, sobre la salvación, sobre los méritos del Salvador
445. Dos parábolas durante una tormenta en Tiberíades. Llegada de Maria Stma., e impenitencia de Judas Iscariote
446. Llegada a Cafarnaúm en medio de un cálido recibimiento
447. En Cafarnaúm unas palabras de Jesús sobre la misericordia y el perdón no encuentran eco
448. Encuentro de barcas en el lago y parábola sugerida por Simón Pedro
449. El pequeño Alfeo desamado de su madre
450. Milagros en el arrabal cercano a Ippo y curación del leproso Juan
451. Discurso en el arrabal cercano a Ippo sobre los deberes de los cónyuges y de los hijos
452. El ex leproso Juan se hace discípulo. Parábola de los diez monumentos
453. Llegada a Ippo y discurso en pro de los pobres. Curación de un esclavo paralítico
454. María Santísima y su amor perfecto. Conflicto de Judas Iscariote con el pequeño Alfeo
455. La Iglesia es confiada a la maternidad de María. Discurso, al pie de Gamala, en pro
de unos forzados
456. Despedida de Gamala y llegada a Afeq. Advertencia a la viuda Sara y milagro en su casa
457. Discurso en Afeq, tras una disputa entre creyentes y no creyentes. Sara se hace discípula
458. Una curación espiritual en Guerguesa y lección sobre
los dones de Dios
459. El perdón a Samuel de Nazaret y lección sobre
las malas amistades
460. Fariseos en Cafarnaúm con José y Simón de Alfeo. Jesús y su Madre preparados
para el Sacrificio
461. Confabulación en casa de Cusa para elegir a Jesús rey. El griego Zenón y la carta de Síntica con la noticia de la muerte de Juan de Endor
462. Discurso y curaciones en las fuentes termales de Emaús
de Tiberíades
463. En Tariquea. Cusa, a pesar del discurso sobre la naturaleza del reino mesiánico, invita a Jesús a su casa. Conversión de una pecadora
464. En la casa de campo de Cusa, intento de elegir rey a Jesús. El testimonio
del Predilecto
465. En Betsaida para un encargo secreto a Porfiria. Apresurada partida de Cafarnaún
466. Un alto en la casa de los ancianos cónyuges Judas y Ana
467. Parábola de la distribución de las aguas. Perdón condicionado para el campesino Jacob. Advertencias a los apóstoles camino de Corazín
468. Un episodio de enmendamiento de Judas Iscariote, y otros que
ilustran su figura
469. Despidiéndose de los pocos fieles de Corazín
470. Lección a una suegra sobre los deberes del matrimonio
471. Encuentro con el levita José, llamado Bernabé, y lección
sobre Dios-Amor
472. Solicitud insidiosa de un juicio acerca de un hecho ocurrido en Yiscala
473. Curación de un niño ciego de Sidón y una lección
para las familias
474. Una visión que se pierde en un arrobo de amor
475. Abel de Belén de Galilea pide el perdón para sus enemigos
476. Lección sobre el cuidado de las almas y perdón a los dos pecadores castigados con la lepra
477. Coloquio de Jesús con su Madre en el bosque de Matatías. Los sufrimientos morales
de Jesús y María
478. Coloquio de Jesús con José y Simón de Alfeo, que van a la fiesta de los Tabernáculos
479. Con Juan al pie de la torre de Yizreel en espera de los campesinos de Jocanán
480. Parten de Yizreel tras la visita nocturna de los campesinos de Jocanán
481. Llegada a Enganním. Maquinaciones de Judas Iscariote para impedir una trama
de los fariseos
482. En camino con un pastor samaritano que ve
premiada su fe
483. Polémica de los apóstoles sobre el odio de los judíos. Los diez leprosos curados en Samaria
484. Alto obligado en las cercanías de Efraím y parábola de la granada
485. Jesús llega con los apóstoles a Betania, donde ya están algunos discípulos con Margziam
486. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Reino
487. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Discurso sobre la naturaleza del Cristo
488. En el Templo para la fiesta de los Tabernáculos. Partida secreta hacia Nob después
de la oración
489. En Nob. Parábola del rey no comprendido por sus súbditos. Jesús calma el viento
490. En el campo de los Galileos con los primos apóstoles y encuentro con el levita Zacarías
491. TEn el Templo el último día de la fiesta de los Tabernáculos. Sermón sobre el Agua viva
492. En Betania se evoca la memoria de Juan de Endor
493. Jesús habla cabe la fuente de En Royel, lugar en que hicieron un alto los tres Sabios
494. La mujer adúltera y la hipocresía de sus acusadores
495. Jesús instruye acerca del perdón de los pecadores, y se despide de sus discípulos en el camino de Betania
496. Un alto en la casita de Salomón. Improvisa turbación
de Judas Iscariote.
497. Simón Pedro atraviesa una hora de abatimiento
498. Exhortación a Judas Tadeo y a Santiago de Zebedeo después de una discusión
con Judas Iscariote
499. Fuga de Esebón y encuentro con un mercader de Petra
500. Reflexiones de Bartolomé y Juan después de un retiro
en el monte Nebo
501. Parábola de los hijos lejanos. Curación de dos hijos ciegos del hombre de Petra
502. Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)
503. Los apóstoles indagan acerca del Traidor. Un saduceo y la infeliz mujer de un nigromante. Saber distinguir lo sobrenatural de lo oculto
504. Margziam preparado para la separación. Regreso a la aldea de Salomón y muerte de Ananías
505. En el Templo, una gracia obtenida con la oración incesante y la parábola del juez y la viuda
506. En el Templo, oposición al discurso que revela que Jesús
es la Luz del mundo
507. El gran debate con los judíos. Huyen del Templo con la ayuda del levita Zacarías
508. Juan será la luz de Cristo hasta el final de los tiempos. El pequeño Marcial-Manasés acogido por José de Seforí
509. El anciano sacerdote Matán acogido con los apóstoles y discípulos que han huido
del Templo
510. La curación de un ciego
de nacimiento
511. En la casa de Juan de Nob, otra alabanza a la Corredentora. Embustes de Judas Iscariote
512. Profecía ante un pueblo destruido
513. En Emaús Montana, una parábola sobre la verdadera sabiduría y una advertencia
a Israel
514. Consejos sobre la santidad a un joven indeciso. Reprensión a los habitantes de Bet-Jorón después de la curación de un romano y una judía
515. Las razones del dolor salvífico de Jesús. Elogio de la obediencia y lección sobre
la humildad
516. En Gabaón, milagro del mudito y elogio de la sabiduría como amor a Dios
517. Hacia Nob. Judas Iscariote, tras un momento polémico, reconoce su error
518. En Jerusalén, encuentro con el ciego curado y palabras que revelan a Jesús como
buen Pastor
519. Inexplicable ausencia de Judas Iscariote y alto en Betania, en casa de Lázaro
520. Conversaciones en torno a Judas Iscariote, ausente. Llegada a Tecua con el anciano Elí-Ana
521. En Tecua, Jesús se despide de los habitantes del lugar y del anciano Elí-Ana
522. Llegada a Jericó. El amor terreno de la muchedumbre y el amor sobrenatural del
convertido Zaqueo
523. En Jericó. La petición a Jesús de que juzgue a una mujer. La parábola del fariseo y el publicano tras una comparación entre pecadores y enfermos
524. En Jericó. En casa de Zaqueo con los pecadores convertidos
525. El juicio sobre Sabea
de Betlequí
526. T526 Curaciones cerca del vado de Betabara y discurso en recuerdo de Juan el Bautista
527. Desconocimiento y tentaciones en la naturaleza humana de Cristo
528. En Nob. Consuelo materno de Elisa y regreso inquietante de Judas Iscariote
529. Enseñanzas a los apóstoles mientras realizan trabajos manuales en casa de Juan de Nob
530. Otra noche de pecado de Judas Iscariote
531. En Nob, enfermos y peregrinos venidos de todas partes. Valeria y el divorcio. Curación del pequeño Leví
532. Preparativos para las Encenias. Una prostituta enviada a tentar a Jesús, que deja Nob
533. Hacia Jerusalén con
Judas Iscariote
534. Enseñanzas y curaciones en la sinagoga de los libertos romanos. Un encargo
para los gentiles
535. Judas Iscariote llamado
a informar a casa de Caifás
536. Curación de siete leprosos y llegada a Betania con los apóstoles ya reunidos. Marta y María preparadas por Jesús
a la muerte de Lázaro
537. En el Templo en la fiesta de la Dedicación, Jesús se manifiesta a los judíos, que intentan apedrearle
538. Jesús, orante en la gruta de la Natividad, contemplado por los discípulos ex pastores
539. Juan de Zebedeo se acusa de culpas inexistentes
540. La Madre confiada a Juan. Encuentro con Manahén y lección sobre el amor a los animales. Conclusión del tercer año
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502- Otro abatimiento en Pedro. Lección sobre las posesiones (divinas y diabólicas)
Acaban de cruzar el vado de Betabara. Al otro lado del río, azul, bastante lleno de agua por haberse nutrido de los afluentes colmados de lluvias otoñales, se ve la otra orilla, la oriental, con muchas personas gesticulantes.
En la orilla occidental, sin embargo, donde está Jesús con los suyos, hay sólo un pastor y un rebaño que roza la hierba verde del margen.
Pedro se sienta encima de un resto de murete que se encuentra allí, sin secarse siquiera las piernas, húmedas por el vado. Porque en esta estación del año usan las barcas, es verdad, pero, para que no se enarenen en este lugar de bajo fondo, las usan en la parte más profunda, deteniéndose a dejar bajar a los transbordados en donde ya roza la quilla con las hierbas sumergidas.
Así que el que atraviesa el río debe caminar algunos pasos en el agua.
-¿Qué te pasa? ¿Te encuentras mal? -le preguntan.
-No. Pero no puedo más. En el Nebo esa violencia, y antes en Esebón, y antes en Jerusalén, y antes en Cafarnaúm, y después del Nebo en Caliroe, y ahora en Betabara...
¡Oh!... -agacha la cabeza, la mete entre las manos y llora...
-No te abatas, Simón. No me hagas pobre también de tu coraje, de vuestro coraje -le dice Jesús, yendo a su lado y poniendo una mano sobre la gruesa túnica gris que cubre al apóstol.
-¡No puedo, no puedo ver esto! ¡No puedo verte maltratado de esta manera! Si me dejaras reaccionar... quizás podría. Pero así... Tenerme que contener... y asistir a sus insultos, a tus sufrimientos, como un impotente niño...
¡Oh, se me desgarra todo por dentro y me quedo echo un trapo!... ¡Fijaos vosotros, si es posible verlo así!
Parece un enfermo, uno que esté muriéndose de fiebres...
¡Parece un culpable perseguido que no encuentra dónde detenerse a tomar un bocado, a beber un trago, a buscarse una piedra para reclinar la cabeza! ¡Esa hiena del Nebo!
¡Esas serpientes de Caliroe! ¡Ese energúmeno que todavía está allí! (y señala la otra orilla). Menos demonio el de Caliroe, a pesar de que sea el segundo sólo del que dices que está dominado por Belcebú.
Tengo miedo de los endemoniados, pienso que si los ha atrapado de esa manera Satanás deben haber sido muy malos. Pero... el hombre puede caer sin absoluta voluntad de hacerlo. ¡Sin embargo, los que sin estar poseídos hacen lo que hacen, con toda su razón libre!...
¿No los vas a vencer nunca, dado que no quieres castigarlos? Y ellos... te vencerán...
Y el llanto del fiel apóstol, que se había calmado un poco bajo el fuego de la indignación, vuelve fuerte...
-Pedro mío, ¿y crees que ésos no están endemoniados?
¿Crees que para estarlo hay que estar como aquel de Caliroe y otros que hemos encontrado?
¿Crees que la posesión se manifiesta sólo con los gritos descompuestos, los saltos, los arrebatos de furia, la extravagancia de vivir en las guaridas, los mutismos, los miembros impedidos, la razón entorpecida, de forma que el poseído habla y obra inconscientemente? No.
Existen también otras posesiones diabólicas, que, es más, son las más sutiles y potentes, las más peligrosas, porque no ponen obstáculo a la razón ni la debilitan para que no haga cosas buenas, sino que la desarrollan, es más, la aumentan para que sea poderosa en su servicio a aquel que la posee.
Dios, cuando posee a un intelecto y lo usa para que le sirva, transfunde en él, en las horas en que está al servicio de Dios, una inteligencia sobrenatural que aumenta en mucho la inteligencia natural del sujeto.
¿Pensáis, por ejemplo, que Isaías, Ezequiel, Daniel, y los otros profetas, si hubieran tenido que leer y explicar esas profecías como escritas por otros, no habrían encontrado las oscuridades indescifrables que en ellas encuentran los contemporáneos?
Pues bien, no obstante, Yo os digo que mientras las recibían las comprendían perfectamente. Mira, Simón.
Consideremos esta flor que ha nacido aquí, a tus pies.
¿Qué ves en la sombra que envuelve al cáliz? Nada. Ves un cáliz profundo y una pequeña boca y nada más. Mírala ahora que la tomo y la traigo aquí a este aro de sol. ¿Qué ves?
-Veo pistilos, veo polen, y, en torno a los pistilos, una coronita de pelitos que parecen pestañas y una franjita que adorna el pétalo largo y los dos pequeños, ciliada toda ella con minuciosidad... y veo una gotita de rocío en el fondo del cáliz... y... ¡ah! un mosquito ha bajado a beber dentro y se ha enviscado en la hebra ciliada y ya no es capaz de liberarse... ¡Ah, entonces! Déjame ver mejor.
¡Oh! La hebrita está como recubierta de miel, es pegajosa... ¡Comprendo! Dios lo ha hecho así o para que la planta se nutra, o se nutran los pajarillos viniendo a picar las moscas, o para que se limpie de moscas el aire... ¡Qué maravilla!
-Pero sin la fuerte luz del Sol no habrías visto nada.
-¡No, claro!
-Lo mismo ocurre en la posesión divina. La criatura, que por su parte pone únicamente la buena voluntad de amar totalmente a su Dios, el abandono a los deseos de Dios, la práctica de las virtudes y el dominio de las pasiones, es absorbida en Dios y en la Luz que es Dios, en la Sabiduría que es Dios, todo lo ve y todo lo comprende.
Después, cesada ya la acción absoluta, se produce en la criatura un estado en que lo recibido se transforma en norma de vida y de santificación; pero lo que antes parecía tan claro se vuelve oscuro o, mejor, crepuscular.
El demonio, perpetuo y torpe remedador de Dios, produce un efecto análogo en los poseídos en la mente, aunque limitado porque sólo Dios es infinito, en sus poseídos que espontáneamente se han entregado a él para triunfar, y les comunica una inteligencia superior pero únicamente dirigida hacia el mal, que mira a causar daño, a herir a Dios y al hombre.
Y la acción satánica, encontrando en el alma consentimiento, es continua, siendo así que, por grados, conduce a la total ciencia del Mal. Éstas son las peores posesiones. Nada se ve externamente, por lo cual no se huye de estos endemoniados. Pero existen estas posesiones. Como he dicho varias veces, serán los poseídos de esta manera los que descarguen su mano sobre el Hijo del hombre.
-¿Pero Dios no podría descargar la suya contra el Infierno?- pregunta Felipe.
-Podría. Es el más fuerte.
-¿Y por qué no lo hace para defenderte?
-Las razones de Dios serán conocidas en el Cielo. Venga, vamos. Y no os deprimáis.
El pastor, que ha estado escuchando aunque sin aparentarlo, pregunta:
-¿Tienes lugar a donde ir? ¿Te espera alguien?
-No, hombre. Debería ir hasta más lejos de Jericó. Pero no me espera nadie.
-¿Y estás muy cansado, Rabí?
-Cansado, sí. No nos han concedido alojamiento ni descanso desde el Nebo.
-Entonces... Te quería decir... Yo soy de cerca de Betagla la antigua... Tengo a mi padre ciego y no puedo ir lejos para no dejarlo durante varias lunas. Pero el corazón y el rebaño sufren por ello. Si quisieras... Te daría posada. No está lejos. El anciano cree mucho en ti. José, el hijo de José, tú discípulo, lo sabe.
-Vamos.
El hombre no se lo deja decir dos veces. Reúne el rebaño y lo pone en camino hacia el pueblo, un pueblo que debe estar al noroeste del lugar en que están ahora. Jesús se pone, con los suyos, detrás del rebaño.
-Maestro -dice después de un rato Judas Iscariote -Betagla seguro que no ofrece ni un comprador de los regalos de aquel hombre…
-Cuando vayamos a Jericó para ir donde Nique los venderemos.
-Es que... el hombre, éste, es pobre y habrá que compensarlo con dinero, y no tengo ni una moneda.
-Tenemos víveres, y muchos. Incluso para algún mendigo. Por ahora no hace falta más.
-Como quieras. Pero hubiera sido mejor que me hubieras mandado adelante. Habría podido...
-No hace falta...
-¡Maestro, eso es desconfianza! ¿Por qué ya no nos mandas de dos en dos como antes?
-Porque os quiero y pienso en vuestro bien.
-No está bien el tenernos tan en el anonimato. Pensarán que somos indignos, incapaces... Antes nos dejabas ir predicando, haciendo milagros, y éramos conocidos...
-¿Te dueles de no hacerlo ya? ¿Te hacía bien ir sin mí? Eres el único que se queja de no ir solo... ¡Judas!...
-¡Maestro, Tú sabes que te amo! -dice seguro Judas.
-Lo sé. Y para que tu espíritu no se corrompa te tengo conmigo. Eres ya el que recoge y distribuye, vende o permuta para los pobres. Esto basta. Y es ya demasiado. Observa a tus compañeros. Ni uno de ellos pide lo que tú pides.
-Pero a los discípulos se lo has concedido... Es una injusticia esta diferencia.
-Judas, eres el único que me llama injusto... Pero te perdono. Ve adelante. Y mándame a Andrés.
Y Jesús aminora el paso, para esperar a Andrés y hablarle aparte. No sé lo que le dice. Sé que Andrés sonríe con su apacible sonrisa y se inclina para besar las manos del Maestro y luego vuelve adelante.
Jesús se queda solo, al final de todos... y, muy cabizbajo, continúa andando y se seca la cara con el extremo de su manto como si sudara. Pero son lágrimas y no gotas de sudor lo que recorre las mejillas enjutas y pálidas.
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