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c- San Jose María Escrivá
Autor: P. Angel Peña O.A.R
San Josemaria Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, cuenta cómo su ángel lo salvó en una oportunidad de ser agredido por un desconocido.
El día de la octava de la Inmaculada Concepción de 1931, en la tarde, a las tres, cuando me dirigía al colegio de santa Isabel a confesar a las niñas, en Atocha, por la acera de san Carlos, esquina casi a la calle de santa Inés, un joven al estar cerca de mí, se adelantó, gritando:
“¡Le voy a dar!”, y alzaba el brazo con tal ademán que yo tuve por recibido el golpe.
Pero, antes de poner por obra esos propósitos de agresión, otro joven le dijo con imperio: “No, no le pegues”.
Y este mismo joven, seguidamente, como en tono de burla, inclinándose hacia mí, añadió: “¡Burrito, burrito!”
Crucé la esquina de santa Isabel con paso tranquilo y estoy seguro de que en nada manifesté al exterior mi trepidación interna.
Al oírme llamar por aquel defensor con el nombre de burrito, que tengo delante de Jesús, me impresioné.
Recé en seguida tres avemarías a la Santísima Virgen, que presenció el pequeño suceso, desde su imagen puesta en la casa propiedad de la Congregación de san Felipe30.
Monseñor Alvaro del Portillo (sucesor en la Obra del Opus Dei) añade:
No le gustaba a nuestro Padre narrar sucesos de tipo sobrenatural. Sin embargo, esta anécdota me la ha referido en más de una ocasión.
Hacía notar, al contarla que la hora no era propicia a engaños, porque se trataba de un día de mucho sol, y eran las tres de la tarde. Al contarme lo que dijo al Padre el defensor, me dijo que había oído burrito, burrito.
Este modo que empleaba nuestro Padre, para llamarse a sí mismo, no lo conocía nadie, aparte de Dios Nuestro Señor, más que su confesor el padre Sánchez.
El Padre atribuyó el ataque a una acción diabólica y la defensa a su ángel custodio31.
Y dice el mismo santo sobre su ángel: Ayer se paró mi reloj de bolsillo. Resultaba el caso un compromiso para mí; porque no tengo otro reloj y porque mi capital asciende en la actualidad a setentaicinco céntimos...
Hablando con mi Señor, le indiqué que mi ángel custodio, a quien Él ha dado más talento que a todos los relojeros, arreglara mi reloj.
Pareció no oírme, puesto que volví a mover y a tocar y a retocar en vano el reloj estropeado.
Entonces, me arrodillé y comencé un padrenuestro y un avemaría, que me parece no llegué a terminar, porque cogí de nuevo el reloj, toqué las saetas... ¡y echó a andar! Di gracias a mi buen Padre... Al ángel lo llamaré desde ahora el relojero32.
San Josemaría Escrivá de Balaguer recibió la inspiración para fundar el Opus Dei el día 2 de octubre de 1928, fiesta de los ángeles custodios. Y dice:
Conmovido, me arrodillé, estaba solo en mi cuarto, y di gracias al Señor. Recuerdo con emoción el tocar de las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de los ángeles33.
Desde aquel día, el “burrito sarnoso” se dio cuenta de la hermosa y pesada carga que el Señor, en su bondad inexplicable, había puesto sobre sus espaldas.
Ese día el Señor fundó su Obra34. Aún suenan en mis oídos las campanas de la iglesia de Nuestra Señora de los ángeles, festejando a su patrona35.
El día dos de octubre, fiesta de los ángeles custodios, en el tercer aniversario de la fundación del Opus Dei, invocó ardientemente a los espíritus celestiales y de manera especial a su ángel custodio.
Dice:
Le eché piropos y le dije que me enseñe a amar a Jesús, siquiera, siquiera, como lo ama él36.
30 Vásquez de Prada Andrés, El fundador del Opus Dei, vol I, Ed. Rialp, Madrid, 1997, p. 411.
31 ib. p. 41.
32 ib. pp. 478-479.
33 ib. p. 293.
34 ib. p. 302.
35 ib. p. 295.
36 ib. p. 404.