17» Síntomas de posesión satánica
Autor: P. Angel Peña O.A.R.
Dice el ritual oficial de exorcismos: Según la experiencia probada, los signos de la posesión del demonio son éstos: hablar en un lenguaje desconocido con muchas palabras o entender al que lo habla; descubrir acontecimientos distantes y secretos; mostrar unas fuerzas superiores a la naturaleza o edad. Estos signos pueden ser un indicio.
Pero, dado que estos signos no deben ser considerados necesariamente como provenientes del diablo, conviene también prestar atención a otros, especialmente de orden moral y espiritual, que manifiestan de otro modo la intervención diabólica, como, por ejemplo, una aversión vehemente hacia Dios, al santísimo nombre de Jesús, a santa María la Virgen y a los santos, a la Iglesia, a la Palabra de Dios, a sus cosas, ritos, especialmente sacramentales, y a sus sagradas imágenes.
Finalmente, la relación de todos estos signos con la fe y la lucha espiritual en la vida cristiana, deben ser sopesados cuidadosamente, ya que el maligno es, ante todo, enemigo de Dios y de cuanto vincula a los fieles con la acción salvífica de Dios69.
Veamos que, en primer lugar, está la aversión a todo lo sagrado. A veces, no pueden entrar a una iglesia o se sienten muy mal dentro de ella. Cuando se reza delante de estas personas, se vuelven tremendamente violentas y agresivas, llegando a blasfemar contra los que rezan. Reaccionan mal ante el agua bendita o ante cosas benditas como imágenes, rosarios, reliquias, escapularios...
Por esto, algunos exorcistas dicen que la mejor manera de diagnosticar si una persona esta poseída es orar, aunque sea mentalmente, delante de ella o, mejor, hacer un breve exorcismo para ver sus reacciones. A veces, manifiestan fuerzas sobrehumanas. Dice el padre Amorth que ha visto con sus propios ojos cómo jovencitas delicadas han roto bancas de nogal con toda facilidad.
Si el interesado se comporta normalmente, tampoco es un síntoma definitivo de que está libre del maligno, pues hay demonios mudos, a quienes les cuesta manifestarse. Monseñor Andrea Gemma dice que siempre comienza los exorcismos con el rezo del rosario y que nunca ha llegado al último misterio sin que el demonio haya podido aguantar sin manifestarse de modo violento.
En ocasiones, se dan fenómenos preternaturales que sólo pueden explicarse por la acción demoníaca. Y esto sin contar enfermedades, desde el dolor de cabeza hasta enfermedades muy graves, que pueden llevar a la muerte por causa de maleficios hechos a propósito. En ocasiones, hay personas que tienen pesadillas, insomnio o malestares, que no tienen una explicación normal.
Incluso, se dan casos en que en los exámenes de radiografías, resonancia magnética, etc., se ve que hay problemas físicos de salud y, al operarlos, no encuentran nada, porque son causados por el maligno.
También se dan casos de obsesiones mentales de odio, suicidio, homicidio, sexo..., que son producto de influencia maléfica. Todo esto sin olvidar que las principales manifestaciones de maligno en nuestra vida se dan a través de tentaciones persistentes, que nos quieren quitar la paz y hacernos caer en el pecado, para alejarnos de Dios.
Las causas por las que uno puede ser poseído por el diablo o sufrir graves disturbios por causas demoníacas son cuatro.
a)
Puede tratarse de una simple permisión de Dios, al igual que Dios puede permitir una enfermedad. Algunos santos han tenido vejaciones continuas del diablo e, incluso, en algunos casos, hasta posesiones durante algún tiempo.
b)
Otra causa puede ser por recibir un maleficio. Al igual que hay personas que pueden pagar a un individuo para que mate a otro, así hay quienes pagan para que hagan maleficios a otros. Y Dios puede permitir los efectos negativos, sobre todo, si la persona está desprotegida por una vida de poca fe. En caso de tener una fe fuerte, puede ocurrir que el maleficio vuelva como un bumerang contra el que lo ha realizado o mandado hacer.
c) Otra causa de posesión o de daños diabólicos se debe a visitar personas o lugares peligrosos, como ir a magos o asistir a sesiones espiritistas o a sectas satánicas.
d) También se pueden recibir esos efectos negativos del demonio por persistir en pecados graves. Se dan en jóvenes que están metidos en la droga y en perversiones sexuales o en asesinatos o en abortos...
Como vemos, las dos últimas causas son de culpabilidad total del interesado, mientras que en las dos primeras, no hay culpabilidad del que recibe el daño.
¿Por qué Dios permite, a veces, la posesión o daños diabólicos en gente inocente, incluso, en niños?
Sólo podemos responder que Dios todo lo permite por nuestro bien (Rom 8, 28). Pero nos da los medios eficaces para liberarnos.
69 Ritual de exorcismos, Coeditores litúrgicos, 2005, p. 23.