De entre todas las formas de la devoción a la Divina Misericordia reveladas por sor Faustina ésta es la que tiene mayor importancia.
El Señor Jesús nabló por primera vez del establecimiento de esta fiesta en 1931.
"Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia, Yo quiero que el primer domingo después de Pascua Fiorida se celebre la Fiesta de la Divina Misericordia".
¡Hija Mía!, habla a todo el mundo acerca de Mi infinita Misericordia.
Yo deseo que la Fiesta de la Divina Misericordia sea el refugio de todas las almas, pero ante todo, de los pecadores.
En este día derramaré toda la plenitud de Mi Misericordia, Yo derramaré un mar de gracias sobre aquellas almas que se acerquen a esta fuente.
El que recibiere en este día los sacramentos de la penitencia y del altar, obtendrá la completa indulgencia de sus pecados y penas temporales.
Nadie tenga miedo de venir a Mí, aunque sus pecados sean los más enormes. Esta fiesta viene del abismo de Mi Misericordia.
Las almas mueren a pesar de Mi amarga Pasión. Les ofrezco la última tabla de salvación, es decir, la Fiesta de Mi Misericordia.
Ese día los Sacerdotes deben hablar a las almas sobre "Mi Misericordia Infinita". (Diario,699,965,570).
Para profundizar más visita:
Consagración de la familia a la Divina Misericordia
Oh Dios Uno y Trino, fuente inextinguible de Vida que es la Luz de los hombres, Padre Creador, Hijo Redentor, Espíritu Santo Santificador!
Nuestra familia se postra ante ti en esta hora de dificultades para implorar tu Gran Misericordia, que brota del profundo piélago de tu Amor divino, surge en el Corazón Sacratísimo de Jesús y nos llega por la mediación universal del Inmaculado Corazón de María, tu Madre. A tu Misericordia divina deseamos consagrar hoy nuestras personas, nuestra familia y nuestra vida para que nunca dejes de mirarnos con benevolencia.
Mira, en primer lugar, el fondo de nuestro corazón contrito y humillado que reconoce sus errores e ingratitudes. Muéstrate indulgente ante la multitud de nuestras deudas y pecados personales y perdona la culpa y la pena que por ellos justamente hemos merecido.
Acoge compasivo, los dolores y peticiones de nuestra familia para que, unidos firmemente en un mismo corazón, seamos fieles a tus mandatos de Amor y nuestro hogar sea un remanso de paz y virtud, que refleje constantemente el modelo de tu Sagrada Familia de Nazaret.
Atiende benigno las peticiones que hacemos diariamente por nuestras necesidades materiales y espirituales. Envíanos tu Espíritu de Luz y Sabiduría infinitas para que viendo los pequeños sucesos de cada día con ojos de eternidad, seamos siempre fieles a la vocación que asignaste a cada uno de nosotros en tus designios misericordiosos, de modo que se haga realidad el deseo de tu Sagrado Corazón de reinar en y a través de nuestra familia. Jesús, confiamos en ti.
Te encomendamos también mediante esta consagración a todas las autoridades de nuestro país y a los pastores de tu Iglesia para que por tu Misericordia tengan la luz y fortaleza necesarias que lleve a nuestra nación según los deseos de tu Sagrado Corazón, que son de paz y no de aflicción.
Asimismo, queremos unir en este acto, nuestra
voluntad e intenciones a las que tuvo el Santo Padre el día 17 de agosto del 2002 en Polonia, al consagrar entonces el mundo a tu Divina Misericordia Todo esto te lo pedimos por medio del Corazón Inmaculado de María, para que haga llegar nuestra oración al Corazón Misericordioso de Jesús, en el seno
de tu Trinidad Beatísima.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero.
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Tened Misericordia de nosotros, de nuestra nación y del mundo entero.
Para profundizar más visita:
Devoción a la Divina Misericordia
Rosario al Señor de la Divina Misericordia
Novena al Señor de la Divina Misericordia
Decreto sobre las indulgencias recibidas en la Fiesta de la Divina Misericordia