|  |  MEDITACIONES
        
 
  
 »Padre Nuestro  
 »¿Los jóvenes de este Siglo ¿Son educados? »Ahora lo Entiendo »El secuestro no es castigo de Dios
 »Mi hermosa  Niña de Galilea »Benedicto XVI, a corazón abierto »¿Es malo desear la muerte?
 »¿Realmente existe el demonio?
 »El actor de la película La Pasión atribuye su papel a Medjugorje
 »¿Existe Dios?
 »Carta de un Sacerdote
 »María y los Santos. ¿Qué dijeron los santos acerca de la Virgen María?
 
 »El culto a la santa muerte
 »La liberación no es lo que prometía
 »Un acto de amor al prójimo. ¡Dios nunca olvida!
 
 »Una marca inborrable en mi vida
 »¡Gracias por ser sacerdote!
 »La Fiesta de la Misericordia
 »Obediencia / Desobediencia
 »María, Reina de Misericordia
 »María libra del infierno a sus devotos
 »¡Oh Dulce Virgen María!
 »María alivia a los suyos las penas del purgatorio  y les saca de ellas
 »¿Y por qué faltar a misa el domingo es pecado?
 »15 Razones del por qué el yoga es sumamente peligroso
 »Por qué el Yoga, en la filosofía y en la práctica, es incompatible con el Cristianismo
 »La Virgen derrama lágrimas en Ucrania
 »Nuestro ángel de la guarda
 »El corazón y la ciencia
 »La soledad compañerade la vida
 
 »María, Causa de nuestra alegría
 »El Poder olvidar, don de Dios
 »María ha subido al cielo en cuerpo y alma
 
 »En nosotros está la lámpara maravillosa 
 »Una luz en la noche 
 »Ahora Cristo es más mío 
 »Entrevista con San Pedroy San Pablo
 
 »¿Son compatibles? Yoga y Cristianismo 
 »¿Estamos abiertos al Evangelio? 
 »Reina y Madre de sus queridos hijos
 »Los santos cuerpos incorruptos »Cuando sufrir es bello »Cada uno de nosotros es un grano de trigo
 »Jesús, la mejor opción en la vida »Eucaristía y Sagrario »En la frente... una cruz de ceniza bendecida »Dejar que Cristo entre en  corazón »El ayuno, don total de uno mismo a Dios
 »Ante la presencia de Jesús ...un consolador recuerdo »Que Nunca nos falte María »La más tierna de las madres y la más poderosa de las Reinas »La Noche Vieja  »Dios de Dios, Luz de Luz  »La Guadalupana, tu madre  »El clamor del Adviento  »Meditación ante el Santísimo Sacramento » El Espíritu en acción, los carismas del Espíritu Santo » Dios esta dónde le dejan entrar 
 » Obediente hasta la cruz
 »¡Aquí estás presente, Señor!
 
 » Vive, ama y perdona  ¡ya!
 
 
 »Con María, y un rosario
 antes de Misa
 »Reina y Madre de sus queridos hijos  »María es inmensamente feliz en el cielo
 »Madre enséñame a orar contigoy como Tú lo hacías
 »Los éxitos del Hijo son también de su madre
 
 
 »María, ahora es todo luz
 
 
 »Aceptó ser madre tuya por siempre
 »El amor más entrañable ahí está por ti
 »Creo en la misericordia divina
 »Jesucristo Sacerdote
 
 »María, la que más conoce y
 mejor puede enseñar
 
 »Presencia de Jesús y María
 en nuestra vida
 
 »Dulce huésped del alma
 
 »Con María...esperado Pentecostés
 
 »Enséñanos, María a aceptar
 sin preguntar
 
 »María te ofrece al Hijo de Dios
 
 »No he venido a ser servida
 sino a servir
 
 »¡Gracias, por haber dicho que sí!
 
 »El cielo es tuyo Subes o te quedas
 
 »San José, hombre de trabajo
 
 »Vocaciones y oración
 
 »Cristo se deja llevar por
 el Espíritu Santo
 
 »Reír, sonreír y amar
 
 »Tu actitud es más importante
 que los hechos
 
 »Eucaristía y compromiso de caridad
 
 »La providencia de Dios
 »Lo que Cristo quiere ser para ti »Lo que ella sabía que su hijo cruzaba la hora más amarga »Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo
 
 »Dolor, humillación y gloria
 de las espinas
 
 
 
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        |  Autor: P. Martín Lasarte sdb  Fuente: Compartido y recibido por email Carta de un Sacerdote,dirigida al New York Times
 
                    
                    
          
       
        
          
          
            
             Carta del P. Martín Lasarte,  salesiano uruguayo que hace casi 20 años está en Angola (África). 
 Es una carta dirigida al periódico New York Times, que se ha empeñado en una campaña mediática contra la Iglesia y el Papa, más allá del doloroso escándalo de los sacerdotes que han sido motivo de  escándalo por sus inconductas sexuales aberrantes.
 
 Querido hermano y hermana periodista:
 
 Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y  orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.
 
 Me da un gran dolor por el profundo mal que personas  que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de  inocentes. No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que la  Iglesia no puede estar, sino del lado de los débiles, de los más indefensos.  Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención  de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.
 
 Veo en muchos medios de información, sobre todo en  vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en  detalles la vida de algún sacerdote pedófilo.
 
 Así aparece uno de una ciudad de  USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente,  otros casos recientes… Ciertamente ¡todo condenable! Se ven algunas  presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas,  llenas de preconceptos y hasta odio.
 
 ¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y  miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes  y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo!
 
 Pienso que a vuestro  medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por  caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a  Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban  autorizadas; que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre  los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la  vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000  km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la  oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...
 
 No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis  humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la  guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del  Gobierno y la ONU.
 
 No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto,  por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle,  llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina,  que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano,  tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta  violentados y buscan un refugio.
 
 Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase  casa por casa confortando los enfermos y desesperados.
 
 No es noticia que más de  60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su  familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de  refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres  que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de  formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en  parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
 
 No es noticia que mi amigo, el P.  Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y  volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el  hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las  áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que  decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario,  por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una  mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los  primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.
 
 No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote  “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
 
 La verdad es que no procuramos ser noticia, sino  simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua.
 
 Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece.
 
 No pretendo hacer una apología de la Iglesia y de  los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su  humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.
 
 Hay miserias, pobrezas y  fragilidades como en cada ser humano; y también belleza y bondad como en cada  criatura…
 
 Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un  tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido. Sólo le pido amigo periodista, busque  la Verdad, el Bien y la Belleza. Eso lo hará noble en su profesión.
 
 Angola - ÁfricaEn Cristo,
 P. Martín Lasarte sdb
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