15- Rezadme y a los Ángeles pedidles protección
"¡Padre! Tú que has querido para Tu Hijo esta Pasión, Tú que lo has mandado a la tierra para que sufriese la Pasión, ¡Te lo agradezco en nombre de toda la humanidad, que has redimido!"
Hijos míos, no son las palabras las que forman la oración, sino los sentimientos, y entonces serán los sentimientos los que formarán aquellas palabras, que os vendrán al alma, para llegar a Dios, para llegar a Jesús mi Hijo, y para que el Espíritu os ilumine.
¡Oración es todo lo que hacéis en el nombre del Señor!
Si con sentimiento verdadero pronunciareis aquellas importantes oraciones, Dios Trino las recibirá y recibirá igualmente vuestros sentimientos que viniendo del alma, formarán palabras vuestras nacidas de vuestro corazón.
Y recibirá cada acto de amor vuestro, porque también el amor es orar.
¡Rezad, glorificando a Dios Trino, uniendo vuestro espíritu al de Aquel que es!
Y rezad a los Santos como mediadores, si queréis, y también para rendir honor a aquellos que fueron ejemplo, ¡pero sabed y recordad que es Dios Trino el que os escucha, Aquel que sabe, Aquel que ve!
¡Y rezadme a Mí! ¡Yo hablo por vosotros a Mi Hijo!
¡Mi Hijo me ama y os ama!
¡Y a los Ángeles pedidles protección!
28 de Junio de 1976. 11 horas
La plegaria con que comienza el mensaje, es la misma que María Santísima dirigía al Padre estando bajo la Cruz. Una de las oraciones de las que ya había hablado a la Venerable Agreda sin revelarle el contenido. La Santísima Virgen se ha dignado hacernos conocer una de ellas.