48- Sed luces del mundo
¡Hijos míos!
Jesús desde el monte os ha hablado para consolaros, para ayudaros a soportar vuestros pesos, vuestras aflicciones, vuestros dolores y para enseñaros a ser mejores. Vosotros sois criaturas humanas, criaturas con defectos, con debilidades, pero si tenéis fe en Dios Trino y vuestras intenciones son buenas, si pedís la fe, si queréis amar, entonces desde el Cielo siempre os llegará la ayuda.
Es necesaria vuestra voluntad, vuestros brazos extendidos hacia lo alto, vuestra alma abierta hacia el amor. Es necesaria mucha humildad, más y más pureza de corazón, simplicidad. Es necesario querer ser siempre mejores y... confiar en NOSOTROS, que desde el Cielo, desde el no–tiempo desde el no espacio, os podemos escuchar siempre.
Mi Hijo ha hablado al mundo y muchos no lo han escuchado.
Rezad por aquellos que no lo escuchan, sed luces del mundo oscurecido por el mal. Nosotros os ayudaremos a ser luces, si vosotros lo pidiereis, si lo quisiereis.
¡Las luces del mundo! Desde lo alto las vemos como si fuesen estrellas... como un cielo del revés, como luces en la oscuridad que aclaran un poco la tierra, y cuanto más amor más luz, más caridad: ¡más luz! Yo os miro y llevo a Jesús vuestros pensamientos: os miro la mente, os miro el alma, y la muestro a Mi Hijo, aunque Él sabe y desde siempre os conoce.
Bajo la Cruz Él me confió a todos vosotros, hijos míos, sus hermanos, y Yo he tomado a todos bajo mi manto, y está en vosotros el permanecer bajo mi manto.
Jesús os ha llamado, os ha elegido, ¡vosotros haced de Su elección vuestro camino y permaneceréis bajo mi manto!
20 de Febrero de 1981, 23 horas