Monday December 23,2024
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MATRIMONIOS FELICES


»  Oración

»  Introducción


1»  Noviazgo

2»  Matrimonio - Parte 1

3»  Matrimonio - Parte 2

4»  Amor - Parte 1

5»  Amor - Parte 2

6»  Diálogo - Parte 1

7»  Diálogo - Parte 2

8»  Diálogo - Parte 3

9»  Perdonar - Parte 1

10»  Perdonar - Parte 2

11»  Fidelidad - Parte 1

12»  Fidelidad - Parte 2

13»  Aspecto sexual - Parte 1

14»  Aspecto sexual - Parte 2

15»  Abiertos a la vida
Parte 1

16»  Abiertos a la vida
Parte 2

17»  Los hijos

18»  Matrimonio Cristiano
Parte 1

19»  Matrimonio Cristiano
Parte 2

20»  Oración - Parte 1

21»  Oración - Parte 2

22»  Matrimonios Felices
Parte 1

23»  Matrimonios Felices
Parte 2

24»  Matrimonios Felices
Parte 3

25»  Esposa ideal - Parte 1

26»  Esposa ideal - Parte 2

27»  Un Mensaje de María

28»  Renovación de las Promesas Matrimoniales

29»  Entronización del Corazón
de Jesús

30»  Consagración a María

31»  Consagración al Corazón
de Jesús

32»  Consagración de la familia al Corazón de Jesús


33»  Conclusión

34»  Bibliografía

 

20» Oración - Parte 1

Autor: P. Angel Peña O.A.R  

La oración es una necesidad vital para la vida de la pareja. Es necesario orar, no sólo en particular, sino también en familia.

Cuando se ora, Dios mismo se hace presente para bendecir el hogar. Jesús lo dice: Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. Y os digo:

Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, estén seguros que mi Padre celestial se lo dará
(Mt 18, 19-20).

Siempre he entendido que, cuando Jesús habla de dos de vosotros, se refiere al matrimonio.

La oración de la pareja es mucho más eficaz que la oración individual y, si además es oración familiar con los hijos, lo es mucho más.

Por eso, dice Jesús: Donde están dos o tres reunidos en mi nombre.

¡Qué importante y necesaria es la oración en familia!

La familia que reza unida permanece unida.

Todos los días hay que orar en familia. No dejarlo para los tiempos libres o para los domingos en la iglesia. Hay muchas familias que nunca rezan juntos. Pero la oración no es un hobbie, es una necesidad familiar.

La falta de oración se notará después en la falta de comprensión y unión. La oración es como la gasolina para el coche.

No podemos decir que echaremos gasolina, cuando tengamos tiempo o sólo el domingo, porque el coche no funciona sin gasolina y nos quedaremos estancados en cualquier lugar.

Si queremos que el coche funcione, hay que echar gasolina permanentemente. Así los esposos deben tomar fuerza cada día de la oración. La oración es la fuerza del alma, el alimento del espíritu. Sin ella no podremos vivir espiritualmente.

El padre Clemente Sobrado dice: Muchas veces, cuando a través de mi sacerdocio encuentro tantos hogares tristes, tantos esposos resignados, me pregunto el por qué. Son muchas las motivaciones, pero hay una que no me falla.

La falta de esa fe cristiana que les haga descubrir esa otra dimensión de su amor por encima de las exigencias puramente biológicas. Todo es cuestión de invitación, invitamos a tantos. A los amigos, a los familiares... Pero ¿invitamos a Cristo a quedarse con nosotros?
16.

Una vida cristiana sin Cristo, estará vacía. Y ¿dónde encontrar a Cristo? En la Eucaristía. Allí nos espera el mismo Jesús de Nazaret, el amigo que siempre nos espera, el amigo que nunca falla. Jesús está realmente presente en la Eucaristía con su cuerpo, sangre, alma y divinidad.

Y se sentirá feliz de vernos, cuando vamos a visitarlo y a recibirlo en la comunión.

De ahí que unos esposos cristianos deberían ir todos los días a visitarlo y, si es posible, a recibirlo en la comunión para que su unión con Cristo se fortalezca más y más.

Decía una madre de familia italiana: Recién casados, comenzamos a rezar como siempre habíamos hecho. Él es pediatra y yo profesora.

Él va cada mañana a misa y reza por todos, mientras yo preparo a los niños; después, desayunamos todos juntos y vamos a trabajar, llevando primero a los 5 niños al colegio.

Por la tarde, recogemos a los niños del colegio y, antes de la cena, nos sentamos y colocamos una imagen de María en el centro.

Cada uno enciende su propia vela y hacemos oración. Orar juntos es para nosotros una necesidad. Los niños rezan por todo y por todos. Todo se lo confían a la Virgen.

Nosotros somos una familia que cree en el matrimonio único e indisoluble. Creemos que Dios está siempre con nosotros y podemos contar siempre con su providencia.

Creemos que está siempre atento, cuando le hablamos, y siempre dispuesto a intervenir cuando lo necesitamos
17.


16 Sobrado Clemente, o.c., p. 223.
17 Pastoral de Monseñor Giuseppe Mani, encargado de las familias en la diócesis de Roma.
   


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