Oración: de San Andrés de Candía
            
              Os  saludo, oh llena de gracia, el Señor es con Vos. Os saludo, oh instrumento de nuestra alegría, ya que por Vos la sentencia de nuestra  condenación fue revocada  y cambiada en juicio de bendición.
               
 Os saludo, oh templo de la gloria de Dios, casa sagrada del Rey  de la gloria:
Vos sois la reconciliadora de Dios con los hombres.
Os saludo, oh Madre de  nuestra alegría: verdaderamente  sois Vos bendita, porque entre todas las mujeres fuisteis hallada digna  de ser Madre de vuestro Criador. 
 Todas las naciones os llaman bienaventurada.
             ¡Oh María!, si en Vos pongo mi confianza, seré salvo: si me hallare bajo vuestra protección, nada he de temer;  porque ser vuestro devoto es tener armas  ciertas de salvación, las que Dios soto concede a los que quiere sean salvos. 
             ¡Oh Madre de misericordia!,  aplacad a vuestro Hijo. 
               
               Mientras permanecisteis en la tierra sólo ocupabais una mínima parte de ella: mas ahora que estáis exaltada  en lo más alto de los Cielos, todo el mundo os considera como el propiciatorio común de todas las naciones.
               
Os suplicamos, pues, oh Virgen  santa,  que nos concedáis el auxilio de vuestras súplicas para con Dios: súplicas que nos son más gratas y preciosas que todos los tesoros de la  berra; súplicas que nos hacen a Dios  propicio, y nos obtienen abundancia de gracias para recibir el perdón y practicar la virtud; súplicas que inutilizan el  furor de nuestros enemigos, confunden  sus designios y triunfan de sus  esfuerzos.