Oración: de San Alfonso María de Ligorio
            
             Santísima Virgen inmaculada, oh Madre mia,  María, a Vos, que sois la Madre  de mi Señor, la Reina del mundo, la abogada,  la esperanza y refugio de los pecadores, acudo yo hoy, el más miserable de todos. 
               
               Yo os adoro, oh excelsa Reina, y os doy gracias  por tantos favores como me habéis dispensado hasta el presente, especialmente por haberme librado del infierno, que tantas veces  he merecido. 
               
               Yo os amo, amabilísima Señora, y por el afecto que os profeso, protesto que quiero amaros  siempre, y que haré todo lo posible a fin de que todos los demás os amen.
               
En Vos pongo todas mis  esperanzas, toda mi salvación; admitidme  por vuestro siervo, y acogedme bajo vuestro manto, Madre de misericordia. 
Y ya que sois tan poderosa con Dios, libradme  de todas las tentaciones, o más bien alcanzadme la fortaleza necesaria para vencerlas hasta la muerte. 
A Vos pido el verdadero amor de Jesucristo, y espero que me  procuréis una buena muerte. 
Madre  mía, por el amor que tenéis a Dios, os suplico que me ayudéis siempre, pero principalmente en los  últimos momentos de mi vida. 
No me abandonéis hasta que me veáis salvo en el  Cielo para bendeciros y cantar vuestras misericordias por toda la eternidad. 
Amén. Así lo espero. Así sea.